Al alimento se lo considera como Dios, ya que es la fuente de la vida, el cuerpo, la mente y el carácter de una persona. Coman solo lo que necesiten. No sean codiciosos y tomen más de lo que pueden comer y desperdicien el resto. Desperdiciar comida es un gran pecado; lo que les sobra puede alimentar a otro estómago. Incluso la mayor parte de los alimentos que consumimos, la parte gruesa, se elimina como materia de desecho. Una pequeña cantidad de comida, que es la parte sutil, es asimilada por el cuerpo y fluye como sangre. Y una cantidad minúscula, que es la parte más sutil del alimento, constituye la mente. Por lo tanto, la mente es el reflejo de los alimentos consumidos. Cuando surgen tendencias demoníacas en nuestra mente, sepan que tienen su origen en los alimentos consumidos. Para recibir real nutrición, presten atención a la calidad de los alimentos que consumen y hagan que sean muy puros, limpios, santificados y sátvicos. - Divine Discourse, 'My Dear Students', Vol 2, Ch 2. |