Sathya Sai Gita (III)
29 de Setiembre de 1960
Prasanthi Nilayam
Vidura le preguntó una vez a Krishna: "¿Cómo pudiste tomar parte en la matanza de decenas de miles de soldados en la batalla de Kurukshetra? Tú podrías haber evitado toda esa masacre y evitarte mucho trabajo cambiando solamente las actitudes mentales de los principales participantes del lado de los Kauravas: Duryodhana, Dussasana, Sakuni y Karna". Krishna contestó: "Mi buen hombre, le he dado a cada uno una suma de cualidades y de facultades. También le he dado a cada uno cierta cantidad de libertad para utilizarla como le parezca mejor. Es funcionando así como cada uno puede aprender mejor. Dando unos primeros pasos es como los pasos del niño se hacen seguros y firmes. La experiencia es la mejor, si bien la más dura de las escuelas. No importa la cantidad de veces que digas que el fuego quema; a menos que te hayas quemado realmente los dedos no sabrás lo que es una quemadura".
De modo que tienen alguna medida de libertad. Una vaca, amarrada con una cuerda a un árbol, puede andar a su alrededor usando el largo de la cuerda como radio y comer la hierba dentro de ese espacio. En un examen se les pide que contesten a "una cualquiera de seis preguntas". A menudo ustedes dicen: "Oh, todo es voluntad de Baba", entonces ¿por qué vienen y piden esto y lo otro o ni siquiera desean ni planifican? Deben usar del mejor modo posible la inteligencia y la imaginación que les han sido asignadas; entonces el dador tendrá mucho gusto en darles más. Por otra parte, si ustedes hacen uso inadecuado de la inteligencia y vuelven la imaginación en contra de su Señor, entonces el dador se enojará y los castigará a fin de propinarles una lección.
He estado repitiendo cada vez el mismo consejo, y a veces podrían hasta creer que tengo sólo unas pocas cosas que decir. Bueno, una madre tiene que repetir las mismas órdenes al niño varias veces hasta que éste aprenda y se comporte de acuerdo con ellas. La Vedamatha, la madre Veda, y la Gitamatha, la madre Gita, repiten las mismas verdades una y otra vez en diferentes contextos e imágenes. Es la señal de todas las madres, un deseo irresistible de reformar a los niños y de llevarlos por el camino del progreso.
Hoy Thirumalachar leyó la sección sobre bhakthiyoga y habló de las nueve formas de bhakthi o devoción a las cuales se refirió en términos generales: el escuchar (sravanam), el cantar al Señor (kirthanam), la recordación (smaranam), la alabanza (vandanam), el servicio a los pies del Señor (padasevanam), el rendir homenaje (archana), el servicio (dasya), la amistad (sakhya) y el ofrecimiento de uno mismo a Dios (atmanivedana). En todas estas formas, el amor es el componente esencial; es el amor el que emociona y llena de alegría y esperanza la mente. Pothana, Nandanar, Jayadeva, Gouranga, Thukaram, Mira, Purandaradasa, Thyagaraja y otros se estremecieron tanto con el pensamiento mismo del Señor porque tenían un amor de una forma así de pura e irresistible.
Puede que algunos se rían de todos estos bhajans y llamen esto un mero espectáculo y exhibición y recomienden en su lugar una tranquila meditación en el silencioso rincón del cuarto del santuario. Pero el reunirse en un grupo y cantar bhajans como lo hacen aquí, ayuda a remover el egoísmo; no se tiene miedo a la risa, ni vergüenza de expresar el nombre del Señor. Uno se inspira con la devoción de los otros. La compañía de hombres con sentimientos afines ayuda a fomentar la joven planta y evita que se agoste con el ardor de la burla. Una persona barrerá con una escoba el piso de su habitación cuando nadie está mirando, pero el hacer lo mismo, que es considerado por debajo de su dignidad cuando la miran, requiere cierta maestría del ego.
El amor es piedad filial cuando va dirigido a los padres, compañerismo cuando fluye hacia amigos, amor cuando se siente por el cónyuge, respeto cuando va hacia mayores y afecto cuando lo atraen los niños. La devoción afecta los actos de ustedes de tres maneras. Algunos actos los hacen conscientemente para demostrar su amor o para darle expresión al prema que los anima; otros actos los hacen como ofrendas dedicadas a enaltecer la gloria del Señor, en un espíritu de humildad llena de adoración, como si pusieran a sus pies todo lo que son capaces de hacer; y efectúan actos que están llenos de amor hacia todos, como parte de su mera existencia, automáticamente, sin ningún dejo de ego o soplo de violencia que turbe el perfume del acto. El acto dedicado lleva al punto donde toda actividad es dedicación; donde la bienaventuranza les hace sentir que su esfuerzo ha valido la pena. Ese es el final, la meta, la inspiración.
¿Cómo pueden darme ananda? Tomando a pecho lo que yo digo y poniéndolo en práctica diariamente. El decidir que se va hacia arriba pero dejándose atraer por lo bajo, es traicionarse a sí mismos. Mejoren su carácter y conducta; cuando sus sentimientos se hayan limpiado y sus impulsos se hayan purificado, es cuando podrán ver mi forma en su realidad. Yo se los diré en pocas palabras; hagan que la inteligencia que debe entenderme esté libre de toda sinuosidad, hagan que sea recta y aguda.
Ahora estoy a su alcance, el tesoro mismo que han estado buscando, porque nuestra relación es átmica, no secular ni aprendida. En todos los demás lugares se les engañará, pues la relación está basada en el portamonedas. En algunos lugares está basada en la casta o la erudición o algún otro rasgo incidental; aquí, es el apego que Narayana tiene por Nara, el hombre, el océano por el río, lo universal por lo particular. Aquí, cada quien debe volverse ilimitado, debe escapar de los lazos que lo atan.
Todos pueden alcanzarlo; nadie está fuera del amor del Señor. Al muchacho de dieciocho años la madre le pide que vaya a la cocina, busque un plato, se sirva arroz y curry y coma. La madre no es dura ni áspera; ella conoce la capacidad del muchacho y lo trata como debe ser tratado. A otro hijo ella lo acompaña a la cocina y se sienta a su lado y le sirve la comida. A un tercero lo sienta en su regazo y a la vez que lo alimenta le canta muchas canciones a fin de hacer agradable el acto al niño. No piensen que la madre es parcial; no, está sólo haciendo uso del conocimiento de la capacidad de sus hijos para hacerlos progresar. Esta es la naturaleza del amor materno.
Hay ciertos gurues que no tienen tal amor, ni aun para con sus discípulos (sishyas). Cuando los aspirantes se les acercan pidiendo consejo, los alaban hasta los cielos, exageran sus logros y les otorgan títulos que las desafortunadas víctimas paladean. De esta manera, los discípulos son recargados con impedimentos adicionales para el progreso espiritual. Los gurues quieren dinero para varios fines y tienen siempre el ojo puesto en !a bolsa de los discípulos. Tratan de sacar el dinero con el otorgamiento de títulos o alabanzas públicas o promesas de reconocimiento público; todas carnadas mundanas que son contrarias al principio del no apego que enseñan y pretenden representar. Dejen que los gurues condenen la acumulación de riquezas y sean culpados por el mal uso que están haciendo de esto; que no cejen en su condenación; esa es la señal del gurú que conoce su misión. Por otra parte, esos gurues pasan por alto y toleran el mal en los posibles donantes porque temen que cualquier condenación haga cesar la fuente de su renta. Así, arruinan a los discípulos dejando de darles la drástica medicina que necesitan urgentemente para su salud espiritual. Se ha tornado una tragicomedia esta caza de discípulos adinerados que pueden ser esquilmados. Algunos sanyasis la han convertido en un arte. Ha llegado el momento de exponer y castigar a esos sadhus y ésta será una tarea en el restablecimiento del dharma (dharmasthapana) para la cual he venido. Los propagadores que estos gurues han dispersado por todo el país también han de ser eliminados.
Los libros, panfletos, reuniones, discursos y charlas no sirven de nada. A cualquiera que desee conocerme debe pedírsele que se acerque a mí y me experimente. A fin de tener una idea de una montaña, no basta con mostrar una piedra y decir: "La montaña es un millón de veces más grande". Habrán de ver una verdadera montaña, por lo menos desde cierta distancia. El "más allá" es muy incomprensible. La ciencia es como la letra C, siempre con un espacio en el centro, un espacio vacío. Sólo la religión ha de llenar esa brecha, pues conoce la realidad que persiste en los tres estadios, en los tres tiempos y en los tres mundos. Así, la religión es la letra O, un círculo completo, que puede agrandarse a medida que conozcan más y más de la gloria del Señor, que es siempre plena y completa. Al final de todo ello, estamos de nuevo al comienzo.
El milagro no es sino el comportamiento natural de lo milagroso. Es por esto por lo que yo les favorezco con la experiencia de cuando en cuando, para que puedan tener un vislumbre de la gloria. Estaré en esta forma humana mortal durante 59 años más, y con toda seguridad lograré el objetivo de este Avatar, no duden de ello. Tomare mI propio tiempo para llevar a cabo mi plan con respecto a ustedes. No puedo apresurarme porque ustedes se apresuren.
Puede que a veces yo espere hasta poder lograr diez cosas de un solo golpe; lo mismo que una locomotora no se usa para tirar un solo vagón, sino que espera hasta que tenga suficiente que jalar en proporción con su capacidad. Pero mi palabra no fallará nunca; lo que yo ordene será.