EL DESPERTAR SAI
EL DESPERTAR SAI. : EL GITA DE SAI BABA - CAPÍTULO XXXII. EL YOGA DE LA ACCIÓN Y EL FRUTO EL GITA DE SAI BABA - CAPÍTULO XXXII. EL YOGA DE LA ACCIÓN Y EL FRUTO - EL DESPERTAR SAI.

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sábado, 1 de febrero de 2025

EL GITA DE SAI BABA - CAPÍTULO XXXII. EL YOGA DE LA ACCIÓN Y EL FRUTO

 

EL GITA DE SAI BABA

EL CAMINO DE LA AUTOREALIZACIÓN Y

LA LIBERACIÓN EN NUESTRA ERA

DIVINOS DISCURSOS

Bhagavan Sri Sathya Sai Baba

Prashanti Nilayan

Compilado y editado por Al Drucker

CAPÍTULO XXXII. EL YOGA DE LA ACCIÓN Y EL FRUTO

Krishna solía repetirle a Arjuna: "Cumple con tu deber. Haz cosas que sean correctas. Pero no aspires a obtener el fruto de tu acción". La intención de Krishna era la de convertir las acciones de Arjuna en sagradas, en karma yoga y así ayudarlo a alcanzar su meta espiritual.

Encarnaciones del amor:

En este mundo, todas las acciones se realizan en busca de recompensa, o, dicho de otra manera, del fruto. Si las acciones no tuviesen algún resultado o fuesen compensadas de alguna manera, la gran mayoría de seres humanos no realizarían prácticamente ningún trabajo. ¿Qué objeción pone Krishna a que Arjuna aspire a obtener el fruto de su esfuerzo? Si casi todo mundo hace lo que hace esperando algo a cambio, ¿qué significado hay en que Krishna instruya a Arjuna a realizar sus acciones sin esperar recompensa? El único interés de Krishna es que todas las acciones de Arjuna se transformasen en yoga; en otras palabras, que Arjuna se alienase con la voluntad divina. Esto ocurriría al momento en que Arjuna se rindiese a Dios y le ofreciese todas sus acciones, y pusiera todos sus apegos en manos del avenir. Fue cuando su karma se volvió karma yoga.

Santifiquen sus acciones y libérense

Mientras obren con conciencia corporal, es decir, mientras se identifiquen como el hacedor de la acción, ésta no podrá ser karma yoga. Toda acción realizada en el ego -el sentido de "yo lo hice"- o en el apego -ese acto es mío-, sólo les traerá pesar a la larga. Dichas acciones resultarán en ataduras más fuertes. Sin embargo, cuando transforman sus acciones en yoga, se liberan de toda atadura. ¿Cómo es que la acción o karma se vuelve yoga? Toda acción llevada a cabo como ofrenda a la divinidad, sin un sentido protagónico y sin esperar resultados, se transforma en yoga.

Numerosos problemas surgen cuando se actúa en el egoísmo. Por dentro pueden sentir "yo hice esta acción así que tengo que recoger los frutos de esta. Lo trabajé así que merezco la paga. Estoy ciertamente autorizado a recibir la recompensa por mi esfuerzo. Dichos sentimientos sólo refuerzan el ego, el yo-mi- me-conmigo. Y esto sólo tiende a aumentar, mientras el atma se va opacando y la dicha del atma va disminuyendo. A fin de destruir por completo su egoísmo, Krishna mandó a Arjuna a transformar sus acciones en yoga.

¿Cuál es el mérito de transformar sus acciones en yoga? Tienen que ser impersonales; no identificarse con sus acciones o con los resultados de las mismas, sino concentrarse por completo en la acción misma, permaneciendo neutrales al resultado. En suma, obran porque es su naturaleza el hacerlo, ofreciendo todos sus esfuerzos a la divinidad interna, y sin ocuparse del fruto sino permanecer desapegados de él. Si se mantienen desapegados, su acción se volverá sagrada.

Está el ejemplo del rey Janaka quien demostró que, si se llevan a cabo acciones sin codiciar el resultado y sin algún interés personal, los logros pueden de hecho ser grandiosos. Mientras gobernaba y cumplía responsabilidades en su reino, el rey Janaka hacía su trabajo como mero testigo. Como no tenía apego ninguno a los resultados, fue un rey sacro y, además, yogui.

Conviertan sus acciones en yoga

Toda acción que se ofrece al Señor y se realiza sin ningún interés se convierte en sacrificio y puede considerarse yoga. Pero cuando las acciones se llevan a cabo con un interés personal en los resultados, no es más que roga, que en sánscrito significa enfermedad. La raíz de toda enfermedad es el apego. Del apego sale el odio y la ira. Son los demonios que oscurecerán toda tu virtud humana.

Es igual para todo mundo; cuando el apego y el odio hacen su aparición en tu vida, exaltan todas tus tendencias demoniacas haciendo que olvides tu naturaleza humana. Por ello, Krishna instruyó a Arjuna "Realiza tu trabajo sin apego. Sé impersonal. Si llevas a cabo tu quehacer sin interés personal, el fruto de las acciones no te tocará. Es así como gobierno los tres mundos. ¿Podrás gobernar aunque sea un cuerpecillo de esta manera?".

"Cultiva la firme fe en que al no ambicionar resultados podrás realizar grandes tareas. Pero si te apegas a los resultados de su trabajo, estarás expuesto a decepciones. Si obtienes los frutos que esperabas, te exaltarás. Si no, te vendrás abajo. Controla tus sentimientos de decepción, así como de exaltación. Vuélvete sabio. No te quedes atrapado en ninguno de estos sentimientos".

Todo ser humano hace cosas. Todo mundo tiene un cuerpo justo para realizar trabajos. Para santificar su cuerpo deben de hacer sólo cosas buenas. Toda acción dará fruto. Dense cuenta de que la alegría de llevar algo a cabo es mucho mayor que la alegría que obtienen con el fruto de la acción.

Por ejemplo, durante un festival religioso una familia puede contemporizar y entonar cánticos con otros devotos, parientes y amigos. Mientras realizan su práctica y hacen su ceremonia no reparan en fatiga. Algunos que tenían fiebre ni siquiera se inmutaron, absortos como estaban en su práctica. Pero, una vez que se ha terminado el evento, se ve a la familia con claras muestras de cansancio.

 

La dicha de realizar el propio quehacer es mayor que la recompensa

Se sienten bien al realizar una acción, pero su satisfacción no es tan grande una vez que la tarea está completada. Se dejan engañar por la ilusión de que la dicha del fruto es grande, pero, a decir verdad, no sienten ninguna alegría ante el resultado. La dicha que creen al obtener un resultado es un mero reflejo, una sombra de la verdadera dicha. Es una dicha fantasma. No es la dicha permanente que anhelan. Si las acciones son transitorias, ¿cómo podrían sus frutos ser más que sombras pasajeras?

Tal vez piensen que, haciendo actos de caridad, haciendo el bien e involucrándose en buenas causas o participando en ceremonias auspiciosas o haciendo sacrificio, obtendrán la recompensa espiritual. Sin embargo, Krishna afirmó que el cielo es temporal. Así le habló a Arjuna: "Hay algo mucho más grandioso que el cielo. Desde luego, tienes que hacer el bien siempre. No digo que abandones tus buenas obras, sacrificios, austeridades, rituales y demás. No sólo es tu derecho sino tu deber continuar haciendo cosas buenas, pero hazlo teniendo tan solo el bienestar de la humanidad en tu mente. No albergues motivaciones egoístas. Haz todo desinteresadamente, preocupándote sólo de que todos los seres en todos lados tengan paz, bienestar y prosperidad.

"No te preocupes de llegar al cielo. Ponte una meta mucho más alta, allende el cielo. El cielo no durará más que lo que duran los méritos de sus acciones. Una vez que se agoten, tendrán que regresar a la tierra. De manera que dejen de anhelar el cielo, que es algo temporal. Cultiven la cercanía y cariño del Señor. Fúndanse con Él; eso es lo que realmente importa. El principio de la divinidad es algo más grande que el cielo. Cuando entiendan el secreto de la acción y realicen todas sus acciones en el sentido correcto, podrán alcanzar la divinidad."

El Gita trae sabiduría a la vida cotidiana

El Gita no les pide que renuncien a toda actividad mundana y volverse un sanyasin, un mendicante. Algunos creen que el Gita no debería de enseñarse a los niños, porque los jóvenes podrían querer renunciar al mundo e irse al bosque. Mucha gente tiene esta idea equivocada. Pero piensen en la cantidad de gente que ha estado enseñando el Gita. ¿Son acaso sanyasins? ¿Han renunciado a todas las cosas del mundo? ¿Acaso Arjuna, que escuchó el Gita directamente de Krishna, se volvió sanyasin?

El significado profundo del Gita debe de ser entendido en el contexto de la naturaleza humana, tal como éste se manifiesta en el mundo, en las actividades cotidianas. El objetivo más importante del Gita es poner la sabiduría antigua en el nivel de lo mundano, y elevar la vida mundana al nivel de la más alta sabiduría. El Gita trae el Vedanta a la vida cotidiana y eleva la vida diaria al nivel del Vedanta; no solamente introduce la filosofía y la espiritualidad a la vida de todos los días, sino lleva la vida diaria al nivel de la filosofía y la espiritualidad. Reconcilia espiritualidad con cotidianidad.

La existencia humana no solo involucra actividades ciudadanas diarias; no solamente consiste en ganarse la vida. El Gita enseña la santidad de la vida humana; lleva al hombre a su meta última. Le enseña cómo ganarse la vida de un modo que trascienda la condición humana y no lo conmine a nuevos nacimientos. No quedarán atados a sus acciones cuando se realizan inegoístamente, sin interés en los frutos. El Gita enseña cómo no apegarse a las actividades, deberes y posesiones. Lo que ocurre cuando viven en una actitud desapegada es que sus acciones se vuelven sagradas. El Gita no les pide que renuncien al trabajo; por el contrario, los anima a cumplir con su deber y llevar a cabo todas las actividades propias de su situación de vida. Mas, deben de consagrar su trabajo, ofreciéndoselo al Señor.

Tomen, por ejemplo, el trabajo de un cocinero. Los cocineros cumplen con su deber y hacen bien su trabajo si mantienen la mente en cocinar. Si, por el contrario, hicieran su trabajo sólo pensando en el dinero que van a ganar, no tendrían mayor interés en su trabajo y la comida no quedaría sabrosa. Se tiene que cocinar con amor y concentración en el trabajo y pensando en el bienestar de todos, sin reparo en la recompensa monetaria. Entonces la acción de cocinar se vuelve un servicio puro que a la vez nutre y santifica.

Del mismo modo, cuando llevan a cabo sus deberes, sean cuales fueren, concentrados en su trabajo, ofreciéndoselos a la divinidad, y sin interés en los frutos, sus acciones quedan revestidas de grandeza y santidad. En una actitud de desinterés por los resultados, su trabajo se vuelve firme, y ustedes progresan inexorablemente hacia su meta. Mas, cuando albergan un interés personal en el trabajo que hacen, tendrán altibajos, se sentirán frágiles y aumentarán sus deseos.

Krishna puso al rey Janaka como ejemplo ideal, ya que éste reinó sin un sentimiento de apego, alcanzando así la perfección. Algunas personas sólo ven lo de afuera. Pero otros han desarrollado la visión interior. Los que ven hacia afuera sólo se fijan en el mundo ilusorio. Los que tienen visión interior transforman la mente y llenan su corazón con sentimientos sagrados. Para obtener la visión interior, tienen que absorberse en su trabajo, pero desapegándose del resultado, y ofrecer su tarea a la divinidad. He aquí una historia que ilustra el gran poder que tiene esta elevada práctica.

Janaka y Suka

En tiempo anterior a Krishna y Arjuna, el gran sabio Suka había entrado al reino de Janaka, y se hallaba viajando por la ciudad capital. El rey Janaka supo que Suka andaba por ahí mas no conocía el lugar exacto donde había acampado. El rey envió varios mensajeros en todas direcciones para obtener información sobre el paradero de Suka. Lo encontraron en un albergue en el bosque, cerca de la ciudad. Janaka fue junto con sus ministros a visitarlo, mas no se avecinó en calidad de rey o mandatario, sino como servidor del Señor. Hacía tiempo que Janaka había eliminado de sí toda traza de ego y, por tanto, se allegó en calidad de humilde buscador espiritual. Suka se encontraba dando una charla sobre cierto tema a sus discípulos

Durante la plática, Janaka se mantuvo de pie, escuchando con gran concentración. Cayó la noche. Antes de partir, Janaka fue a Suka y le preguntó: "Swami, ¿puedo venir todos los días para escuchar tu inspiradora palabra?" Suka replicó: "Janaka, la espiritualidad y la filosofía no son propiedad privada de nadie. Quien sea que se interese y disfrute la enseñanza, quienquiera que anhele alcanzar la meta, tiene derecho de recibir este conocimiento. Claro que puedes venir. Eres muy bienvenido". Janaka volvió a palacio y regresó cada día a escuchar las pláticas.

Suka quiso demostrarle al mundo que el rey Janaka tenía visión interior, mientras que la mayoría de las personas sólo veían el exterior. Con ello en mente, se dirigió a un paraje sobre una colina, desde donde se veía la ciudad, y acampó. Ahí continuó sus pláticas sobre el Vedanta. Un día, el rey Janaka llegó tarde por atender sus responsabilidades de administración. Suka detuvo su discurso hasta que Janaka hubo arribado.

Suka no paró mientes en la gran audiencia que se había congregado y esperaba pacientemente que comenzara la charla. Para demostrar su interés, Suka preguntó por el rey Janaka e intentó indagar por qué no había venido. Asimismo, pidió a unas personas que fueran a buscarlo, mientras él mismo se paró en la carretera para otear si se aproximaba el cortejo real.

En eso, la gente comenzó a murmurar. Los discípulos, los ancianos y los jóvenes ahí reunidos comenzaron a susurrar entre ellos: "Miren a Suka. Se supone que es un gran sabio que ha renunciado a todo, pero no parece ser así. Está esperando al rey Janaka porque es un alto gobernante, y a nosotros no nos presta atención ni parece importarle mayormente su prédica".

Otro dijo: "Miren qué curioso el proceder de Suka. ¿Por qué le da tanta preferencia al rey? Para un sabio, ¿acaso debería haber diferencia entre un rey y los demás?" Por su parte, Suka se percataba de los decires de la gente. De hecho, se había conducido de este modo para darle a la gente una gran lección. Había transcurrido media hora. Luego una hora. Dos horas. Suka continúo esperando que llegase Janaka sin intentar siquiera dar comienzo a su plática.

El veneno debe de salir para que pueda entrar la enseñanza

Entretanto, aquellos cuyo corazón estaba algo contaminado dieron rienda suelta a sus celos y enojo. Todos los sentimientos negativos que yacían latentes en ellos comenzaron a salir. Era justo lo que quería Suka, pues las enseñanzas del Vedanta sólo podrían entrar en ellos una vez quedara desalojado el veneno. Cuando no hay nada en la cabeza, ésta puede llenarse con las sagradas enseñanzas. Mas, si la cabeza está llena de todo tipo de negatividades, ¿cómo podría entrar en ella lo sacro y puro?

Si no se vacía la cabeza de basura, jamás podrán entrar las enseñanzas. Suka pretendía que se manifestaran los sentimientos bajos. Quería que los estudiantes echaran la escoria fuera de su mente, pues sabía que mientras albergaran apego y sentimientos negativos, sus enseñanzas no podrían tener cabida en ellos. Entonces los hizo pasar por un proceso de purificación.


 

Entretanto, con gran ansiedad, Janaka se apresuró a escuchar la plática. Desde lejos, Suka supo que Janaka se aproximaba, pues nunca venía solo. Si bien a Janaka no le interesaba traer a ministros y sirvientes, éstos invariablemente lo acompañaban por razones de seguridad y protección a su rey. Pronto, todo mundo supo que el rey Janaka venía en camino. Al entrar al auditorio donde se impartía la charla, Janaka se postró ante el gurú y humildemente se disculpó por llegar tarde. En seguida, extendió su tapetito y se sentó.

En cuanto esto ocurrió, Suka dio inicio a su discurso. Entonces el odio apareció en el corazón de los jóvenes discípulos. Sus rostros cambiaron por las emociones que contrajeron contra Suka y Janaka. "Miren a este Suka -pensaron para sí- sólo le interesa complacer al rey. Hasta ahí llega su tal Vedanta".

El fuego que hizo aflorar el apego de los discípulos

Suka decidió darle una lección a todos los ahí reunidos que albergaban algún sentimiento negativo. Tras un rato, interrumpió intempestivamente su discurso y dijo: "Janaka, mira tu reino. ¡Prendió fuego!" El rey Janaka que, de ojos cerrados, estaba totalmente absorto en las sagradas enseñanzas, no reparó en las palabras. Había puesto toda su atención en el Vedanta, y de ello no se apartó.

Los demás presentes vieron las llamaradas y el humo que se elevaban por encima de la ciudad. Algunos discípulos, pensando en sus parientes y pertenencias, corrieron a la ciudad. Los apegos que habían permanecido ocultos afloraron ahora manifestándose claramente.

Minutos más tarde, Suka le advirtió al rey Janaka: "El fuego se extendió ahora a todo tu palacio". Pero el rey Janaka permaneció impasible ante la información, sin siquiera moverse de su lugar. Vivía un verdadero sentimiento de desapego e indiferencia a las cosas del mundo. Sólo abrazaba interés por el atma, y aparte de este embeleso, carecía de algún otro interés.

Entre quienes atendían la charla, se encontraban algunos maestros de reputación mundial. Suka deseaba demostrarles que podían ser grandes eruditos, pero aún eran víctimas de sus apegos. Cuando los estudiantes vieron las llamas, se llenaron de preocupación y, volviéndose a Janaka, le rogaron: "¡Oh, Señor rey!, haz algo respecto a la terrible desgracia que tiene lugar más abajo!" Mas, Janaka había entrado en samadhi y estaba disfrutando de la beatitud del atma.

Por las mejillas de Janaka corrían lágrimas de alegría. Su mente, concentrada como estaba en pensamientos sacros, no se apartó de ellos un ápice. Observando el éxtasis de Janaka, Suka se sintió muy complacido. Tras un tiempo, los discípulos que se habían ido de la capital regresaron e informaron que en realidad no había habido incendio ninguno. Entonces Suka les dio la explicación de lo que había ocurrido.

Suka les habló así: "Miren, chicos, no dilaté mi charla dos horas por el hecho de que Janaka sea el rey, una figura importante. Postergué mi charla porque es una persona meritoria, un buscador verdadero, por quien vale la pena esperar. Es un hombre cuya ausencia de ego y orgullo, y verdadera humildad, dedicación y desapego, le dan el derecho a posponer un discurso".

"En lugar de dirigirme a cientos de personas que no se han esforzado en llevar la enseñanza a la práctica, prefiero hablarle a una sola persona que realmente merezca ser instruido, dado que ha incorporado los sagrados preceptos a su vida diaria. ¿Qué caso tiene enseñarle a gente que adolece de apego y egoísmo? Es como arrojar una piedra en el agua. La piedra puede permanecer años dentro del estanque, mas no por eso absorberá una sola gota de agua".

"Aunque sólo tuviese un alumno como Janaka, sería suficiente para que yo siguiese enseñando. ¿De qué sirven un montón de piedras brillantes? Con una sola gema auténtica que encontrase, bastaría. ¿Para qué tener diez hectáreas de tierra infértil, si se puede tener un terruño que es fértil y de producción abundante? Si un rey como Janaka puede alcanzar divinidad, podrá transformar todo su reino en un reino sacro y ejemplar para el resto del mundo". Con esto, Suka convirtió a Janaka en rey divino a la vez que dio una valiosa lección a sus discípulos llenos de soberbia.

Krishna le dio una lección al mundo a través de Arjuna

Krishna tuvo la misma intención cuando le enseñó el Gita a Arjuna. Éste también era una persona sacra que se había hecho merecedor de la enseñanza debido a su carácter y elevados ideales. Él tenía control de sus sentidos y había adquirido gran poder espiritual mediante la penitencia. Había eliminado en buena medida los apegos mundanos. Tenía un intelecto desarrollado y era diestro en muchas artes. Y se había rendido a Krishna con auténtica humildad.

Krishna decidió que Arjuna estaba listo para obtener el conocimiento supremo, y resolvió convertirlo en un ser de gran sabiduría. Sabiendo que si Arjuna se corregía, el mundo entero se beneficiaría con ello, Krishna tomó gran cuidado en transmitirle las sagradas enseñanzas. Arjuna tenía el potencial y virtud para alcanzar gran estatura espiritual. Es por ello por lo que ha recibido muchos nombres. Arjuna en sánscrito significa 'el que es puro'.

Otro nombre que recibió Arjuna fue 'el de corazón sacro'; otro fue 'la joya de los hombres'. Él era una persona tan poderosa que podría, si lo quisiera, emprender acciones que aterrarían al mundo entero. Pero su pureza siempre lo mantuvo del lado del bien. Por su mérito, recibió el derecho de portar un arma que ningún otro hombre sobre la tierra sería capaz de empuñar. Originalmente, el arma le perteneció al Señor Shiva. Esta arma temeraria que le perteneciera a Shiva y más tarde al rey Janaka, en tiempos de Krishna devino el Gandhiva, el formidable arco de Arjuna. Por la gracia de Shiva, Arjuna obtuvo esta magnífica arma. En muchos sentidos, Arjuna fue un héroe notable. Por su nobleza y rectitud, Krishna lo escogió para transmitirle el Gita y beneficiar con ello a toda la humanidad.

Es a través de la boca que el alimento llega al estómago. Luego, a través del estómago, los nutrientes llegan a todo el cuerpo. Del mismo modo, así como el alimento llega a los miembros del cuerpo cuando se le ofrecen al estómago, el Gita fue entregado a una persona


 

pura e inegoísta como Arjuna para luego llegar a toda la humanidad. Uno de los nombres de Arjuna es Parthiva, que significa tierra. Todos ustedes son hijos de la tierra. Dado que Arjuna representa a toda la humanidad, Krishna sintió que en su momento todo el mundo se transformaría al convertir a aquel en una persona sacra.

Acciones ordinarias, acciones desapegadas y acciones sagradas

Son más grandiosas las acciones que la persona realiza sin el sentimiento de ser el hacedor que aquellas en que la persona se siente el hacedor. Más grandiosas aún son las acciones que se realizan con total ausencia de egoísmo, ánimo impersonal y actitud totalmente indiferente o desapegada. Mas, cuando la acción se ofrece por completo al Señor, se vuelve ofrenda sacrificial y es aún más sagrada que todas las anteriores. Por ello, Krishna le ordenó a Arjuna ofrecer todas sus acciones al Señor. Cuando alcanzó dicho estado de evolución, esto es, proceder inegoístamente y ofrecerle toda acción al Señor, Krishna comenzó a transmitirle el Gita.

Al inicio, todo ser humano debe de realizar acciones y trabajar en las tareas para las que se ha preparado. Se tiene que estar activo para no cultivar la pereza. Un perezoso es alguien completamente inútil a la sociedad. Swami no acepta la pereza ni la fomenta. En el comienzo hay que llevar a cabo acciones comunes. Después tienen que pasar a la etapa de hacer sin un interés personal. Paulatinamente van transformando sus acciones en yoga; convierten el trabajo en adoración. Esta es una de las enseñanzas medulares del Gita.

El Gita le brindará a cada uno lo que esté preparado para recibir

El Gita ha difundido la verdad con el fin de destruir el egoísmo, el yo inflado, el orgullo, la posesividad, el apego, el odio y otros rasgos venenosos. A lo largo del proceso ha ayudado a todo tipo de gente a contactar su naturaleza sagrada. El Gita es como el árbol de los deseos; les dará lo que sea que deseen. El sentido que extraigan del Gita dependerá de su perspectiva personal y su nivel de desarrollo espiritual. Nadie puede decir que conoce el sentido correcto de un verso, ni tiene autoridad para afirmar que su interpretación sea la única verdadera.

Las enseñanzas del Gita pueden ser aplicadas por buscadores de todos los niveles. Por ello, el Gita puede describirse como el corazón del Vedanta. Es su esencia misma. El Gita es oro en polvo; es un camino tachonado de flores; es un apoyo para todo buscador y aspirante sincero; el Gita les permite permanecer a flote en el mar de la vida; los ayuda a superar los obstáculos y alcanzar su meta. Aquel a quien no le interese el Gita se pierde del verdadero propósito de la vida.

Sean cuales fueren sus sentimientos, el sentido que extraigan del Gita estará en correspondencia con su desarrollo espiritual. Por ejemplo, muchos devotos aquí conocen el canto sánscrito que se usa para invocar al Señor. El primer verso reza "al Señor de blanco". El Señor Vishnu es el que es inmanente a todo. Él es omnipresente. Se lo describe de color cenizo. También se dice que tiene el color de la luna, blancuzco, que es lo mismo que decir cenizo. También se dice que tiene cuatro manos y un rostro encantador y sagrado, en el que no se dibuja ningún sentimiento de exaltación o repudio. Éste es el sentir de los creyentes, y en esta guisa le rezan al Señor. Los no creyentes pueden usar las mismas palabras, si bien la imagen descrita en tales términos puede ser completamente diferente.

La palabra sánscrita que da inicio a la invocación también podría referirse a alguien ataviado de blanco. Sea la situación que fuere ven al mismo ser, que no expresa sentimientos, de color cenizo y con cuatro miembros. Se podrían tomar dichos atributos y pensar que se está describiendo a un borrico. El animalito podría vestir jaez blanco; tiene cuatro miembros, es de color cenizo y una cara muy paciente. No está atado a ningún lugar; vaga libremente por las calles, frente a la casa, por doquier. Es el sentido que los no creyentes podrían darle a dicha descripción. Ya sea el alabado Señor o un modesto burro, depende de cómo lo vean, sean ustedes devotos o no creyentes, y ya sea que les interese o les resulten indiferentes tales expresiones.

De igual modo, el Gita tiene diferentes significados para distintos tipos de personas. Basados en sus sentimientos, ustedes interpretarán el sentido que resulte apropiado al nivel que han alcanzado en su camino espiritual. De modo que el Gita es un gran árbol de los deseos. Es una vaca celestial que da leche libremente. Pueden tomar de él el significado que gusten, la enseñanza que estén preparados para asimilar. Hay abundante agua en el océano, pero la cantidad de agua que puedan sacar de él dependerá del volumen del recipiente que traigan. El agua será la misma; la diferencia estará tan solo en el tamaño de la vasija. Entonces, pueden tener todos sentimientos diversos, pero el Gita sigue siendo uno.

El mensaje fundamental del Gita es el mismo para todos; su propósito sagrado es llevar a la humanidad a su divinidad. No se debe de tomar un libro sagrado a la ligera. Deberán abordar el Gita con profunda devoción y compromiso. Deben de cantar sus versos con sentimiento y comprensión auténticos. Y deberían de practicar diariamente al menos uno o dos de los preceptos que él da. Sólo entonces podrán sentirse completamente plenos en su vida.

 

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