La raíz de todos los males
“Yo soy el cuerpo” es tan solo una idea. Pero al creerla, la mente establece un principio de separación entre un “yo” y “lo demás” que superpone a la Unidad primordial. Esta separación ilusoria nos trae todo tipo de sufrimientos, que terminan cuando descubrimos nuestra verdadera identidad.
“Ustedes, que son esclavos del yo
que le prestan servicio de sol a sombra,
que viven con un miedo constante
al nacimiento, enfermedad, vejez y muerte,
reciban las buenas nuevas:
Su cruel amo no existe”.
Buda
Extraído del libro “Silencio del corazón”, de los diálogos de Robert Adams*
EL ORIGEN DEL MUNDO
Cuando se despiertan a la mañana y se dicen a sí mismos: “dormí bien”, están hablando del yo. Yo dormí bien. Pero lo que esta frase en realidad significa es: el “yo” no estaba interfiriendo en mi vida. Porque apenas empiezan a pensar, dicen: “Llego tarde al trabajo. Tengo jaqueca. Tengo que tomar el desayuno”. Y siguen todo el día con este yo, y nunca paran. Todo el día es “yo, yo, yo, yo”. Piénsenlo. Siempre están diciendo “yo esto”, “yo aquello”. Hasta que otra vez se hace de noche y se duermen. Entonces otra vez el yo vuelve a su Fuente, al Corazón espiritual, y una vez más están en paz. Hasta que se despiertan y empieza todo de nuevo.
EL COMIENZO DE LA SABIDURÍA
Después de hacer lo mismo por millones de años, llegarán a la etapa en la que se preguntarán: “¿Quién soy yo? ¿Qué es este yo? ¿Cómo apareció? ¿De dónde vino?” Este es el principio de la sabiduría, cuando se preguntan por la Fuente del yo, y en definitiva siguen el yo hasta la Fuente. Cuando el yo está en la Fuente es como cuando están profundamente dormidos, excepto que están conscientes. Piensen en esto por unos segundos.
¿QUÉ ES EL YO?
No se trata de “enviar” la idea del yo de vuelta a la Fuente. Simplemente tienen que preguntarse qué es el yo. Y se darán cuenta de que, después de todo, es solo un pensamiento. Obsérvense. Cuando abran los ojos, comiencen a darse cuenta de que antes de despertarse estaban en un estado total de paz, de ausencia de pensamientos. Pero ahora dejaron que se instale la idea del yo y están pensando en su cuerpo y en el mundo.
Verán que digo “la idea del yo”. Les estoy dando una pista. El yo no existe. Darse cuenta de esto los hará felices. Sabrán que no hay nada que pelear. En otras palabras, cuando se den cuenta de que el yo es un pensamiento, su mente se silenciará y el yo desaparecerá automáticamente.
EL RETORNO A LA FUENTE
En el sueño profundo no tienen "yo" porque retornó a su Fuente. Están totalmente felices pero inconscientes. Cuando logren lo que se llama Liberación o Iluminación, significa que el “yo” retornó a su Fuente mientras están despiertos. Ya no queda nadie para pensar. Ya no hay nadie para preocuparse, inquietarse o sentirse desgraciado. Se habrán fusionado con el Infinito, con el Omnipresente Ser. Si entienden esto y si lo practican, se volverán los seres más felices del mundo. Porque mientras buscan a la Fuente del yo, comenzarán a sentirse cada día mejor. Los viejos pensamientos se desvanecen. El viejo yo se disuelve. Y se liberan.
EL FIN DEL SUFRIMIENTO
Esto pasará por sí mismo. Se darán cuenta de que hagan lo que hagan en su trabajo, estarán tomando las decisiones correctas sin pensar. Nada los volverá a perturbar. Estarán en paz con el mundo. Se sentirán felices.
Y no tendrán deseos de contarle a nadie sobre esto. La gente tiene que estar preparada para hacer auto indagación. Y esta preparación generalmente fue hecha en una vida anterior.
Luego empezarán a ver todo en este universo como una imagen en la pantalla, y ustedes son la pantalla. Nunca más estarán preocupados. Nunca más tendrán miedo. Entenderán la plenitud de todo. Todo está bien. No hay errores.
EL MÉTODO
Apenas se despierten, inmediatamente antes de que los pensamientos empiecen, identifíquense con el Ser. ¿Cómo? Simplemente díganse a sí mismos: “yo….yo”. Es todo lo que tienen que hacer. Si vienen pensamientos pueden preguntarse: “¿a quién vienen? Vienen a mí. ¿Y quién soy yo? ¿De dónde viene la idea del yo?” Y quédense en silencio.
Hagan esto todos los días cada vez que puedan, especialmente a la mañana apenas se despiertan. Porque si lo postergan para más tarde, Maya (ilusión) se volverá más fuerte y se aferrará a ustedes, envolviéndolos en el juego de la vida. Pero si recuerdan constantemente que todas las cosas mundanas están ligadas al yo, se volverán hacia dentro. Y el yo volverá a su fuente.
LA DEVOCIÓN
Si son bhaktas (devotos) no tienen que seguir esta práctica. Todo lo que deben hacer es entregarse, entregarse completamente, lo cual los conducirá al mismo destino. Pero si son aspirantes al camino del conocimiento y quieren acabar con esto ya, aférrense al yo, síganlo hasta la Fuente y vuélvanse completamente libres.
Si son bhaktas (devotos) no tienen que seguir esta práctica. Todo lo que deben hacer es entregarse, entregarse completamente, lo cual los conducirá al mismo destino. Pero si son aspirantes al camino del conocimiento y quieren acabar con esto ya, aférrense al yo, síganlo hasta la Fuente y vuélvanse completamente libres.
*Robert Adams fue un Maestro norteamericano iluminado y discípulo directo de Ramana Maharshi. Sus primeros recuerdos se trataban de un hombre bajito de barba al pie de su cama, que le decía cosas “incomprensibles”. Este “hombre pequeño” lo visitaba todas las noches hasta que Robert cumplió siete años. A los catorce, mientras daba una prueba de matemáticas en su escuela del Bronx, Nueva York, despertó al Ser. Un tiempo después viajó al Ashram de Ramana Maharshi, en el sagrado monte Arunachala, donde se quedó durante los últimos tres años de vida del Maestro. Al ver su cara por primera vez, se dio cuenta de que Ramana era de hecho el hombre pequeño que se le aparecía durante las noches de su infancia.
TEXTO TOMADO DE: H2H LATINO
http://www.h2hlatino.org/articulos.php?id=148