La relación entre trabajador y empleador debiera ser como la existente entre la cabeza y el cuerpo. Ambos están íntimamente ligados entre sí, dependen uno del otro para su existencia misma. El amor y el afecto deben gobernar la relación entre ambos, no el odio ni la envidia. El trabajo dentro de un espiritu de amor les llevará a la veneración. Vale decir, trabajen sin ninguna consideración por la proporción del beneficio que deriven de él. Trabajen, puesto que es su deber; trabajen puesto que aman hacerlo, puesto que es la manera en que puedan ofrendar a Dios la gratitud por los talentos de que han sido dotados. Este tipo de trabajo les lleva a la sabiduría, que es el reconocimiento de lo Divino en cada ser. Ojalá el Nuevo Año les traiga paz mental y ojalá se cumpla vuestro ideal de vida de la autorrealización. Ojalá se les concedan también comodidades y contento. Esa es Mi Bendición. - Divine Discourse, Jan 1, 1971. |