PENSAMIENTO DEL DIA – 6 DE JUNIO 2010
Para establecerse en la contemplación del Señor Omnipresente, no existen limitaciones de tiempo ni de espacio. Nada hay como un momento especial o un lugar sagrado. En dondequiera que la mente se deleite en la contemplación de lo Divino, ese lugar se santifica. Cuando quiera que la mente medite en el Señor, ese se transformará en el momento más auspicioso. El mundo puede alcanzar la prosperidad a través de almas disciplinadas cuyos corazones sean puros y que representen la sal de la tierra. Cada uno debiera orar, desde este mismo momento, por el advenimiento de tales santas almas, intentar merecer las bendiciones de los grandes, esforzarse por olvidar sus propios sufrimientos y promover el bienestar del mundo.
Sathya Sai Baba
Traducido de la pizarra de Prasanthi Nilayam.
(Herta Pfeifer)