¿Por qué algunas personas mayores no se enferman nunca?
¿Y si envejecer sano no fuera cuestión de suerte? Hay adultos mayores que rara vez se enferman… y no es por magia. La ciencia ya empieza a descubrir por qué.
¿Y si envejecer con enfermedades no fuera "parte de la edad"?
¿Y si el cuerpo no tuviera que doler, inflamarse ni desgastarse tanto con los años?
Una nueva investigación científica comparó a miles de personas mayores en distintas partes del mundo. Y lo que encontró es tan inesperado como esperanzador: el envejecimiento no ocurre igual en todos los lugares.
Hay quienes llegan a los 70 sin enfermedades crónicas, sin dolores persistentes y con una energía que parece imposible.
¿La diferencia? No está en los genes, sino en cómo hemos vivido.
¿Sabías que en algunas comunidades indígenas, muchas personas mayores no sufren enfermedades crónicas ni dolores persistentes, a pesar de vivir con infecciones frecuentes? Los científicos creen que su secreto está en el estilo de vida: se mueven todos los días, comen alimentos frescos y viven con menos estrés. Eso mantiene su sistema inmune activo, pero sin inflamarse ni dañarse con el paso del tiempo.
Esta semana, en Canitas, te contamos por qué este hallazgo podría cambiar todo lo que creemos sobre la tercera edad.
¿Está en tus genes… o en tus hábitos?
Una pregunta simple, pero con mucho fondo.
Encuesta
¿Qué crees que más influye en cómo envejecemos?
La genética
Lo que comemos
El estrés que vivimos
Cómo nos movemos y convivimos
¿Y si envejecer con enfermedades no fuera tan normal como pensamos?
Toda la vida nos han dicho que "así es la edad": que si los achaques, la presión alta, la diabetes, el colesterol, el insomnio… Que es parte de envejecer. Pero un nuevo estudio publicado este mes en la revista Nature Aging acaba de poner en duda algo que creíamos cierto: no todas las personas mayores desarrollan inflamación crónica al envejecer.
Y lo más sorprendente es esto: la diferencia no está en los genes, sino en el ambiente donde vivimos.
¿Qué es la inflamación silenciosa del envejecimiento?
Los científicos le llaman inflammaging. Es una palabra que une inflamación (inflam) y envejecimiento en inglés (aging).
¿La idea? Que con el paso de los años, el cuerpo acumula una inflamación silenciosa que no arde, no se nota… pero va dañando células, tejidos y órganos poco a poco.
Este "fuego lento" es lo que está detrás de muchas enfermedades crónicas que aparecen con la edad: diabetes, hipertensión, Alzheimer, problemas del corazón, entre otras.
Durante mucho tiempo se pensó que este desgaste era inevitable, parte natural de envejecer. Pero ahora sabemos que no ocurre igual en todos los cuerpos. Ni en todos los lugares.
El estudio que lo cambió todo
Un grupo internacional de científicos comparó muestras de sangre de 2,800 personas mayores de diferentes partes del mundo. Querían saber si el cuerpo de todos envejece de la misma forma.
Estudiaron a personas en:
⦁ Italia y Singapur: ciudades modernas, con buena medicina pero vida urbana.
⦁ Bolivia (población Tsimane en la Amazonia) y Malasia rural (grupo indígena Orang Asli): comunidades con pocos recursos, pero vida más tradicional.
¿El resultado?
⦁ En Italia y Singapur, los adultos mayores tenían más inflamación en la sangre a medida que pasaban los años. También tenían más enfermedades crónicas.
⦁ Pero en Bolivia y Malasia… no fue así.
Muchos adultos mayores no presentaban signos de inflamación, incluso con más de 70 años. Y tampoco sufrían enfermedades como diabetes, demencia o problemas cardiacos.
¿Qué tienen en común las personas mayores más sanas?
Los investigadores notaron que estas personas llevaban una vida muy distinta:
⦁ Caminan mucho todos los días.
⦁ Comen alimentos frescos, sin procesar.
⦁ Viven con menos estrés.
⦁ Tienen un fuerte sentido de comunidad.
⦁ Y aunque se enfrentan a infecciones y enfermedades tropicales, su sistema inmunológico no se daña con la edad como ocurre en las ciudades.
En cambio, en zonas urbanas como las nuestras:
⦁ Hay más contaminación.
⦁ Comemos más alimentos procesados.
⦁ Vivimos más sentados.
⦁ Y el estrés económico, social y familiar es constante.
Todo eso obliga al cuerpo a mantenerse en "alerta" todo el tiempo, generando esa inflamación silenciosa que daña desde adentro.
¿Qué significa esto para nosotros?
Significa que envejecer no tiene por qué ser sinónimo de enfermarse.
El cuerpo puede conservarse mejor si lo cuidamos, no solo con medicina, sino con hábitos y entornos más saludables.
Y no estamos hablando de irnos al campo o dejar todo atrás. Se trata de pequeñas decisiones diarias:
⦁ Comer más natural y menos enlatado o empaquetado.
⦁ Caminar todos los días, aunque sea 15 minutos.
⦁ Aprender a respirar y descansar.
⦁ Rodearnos de personas que nos escuchen y nos acompañen.
⦁ Evitar el exceso de sal, azúcar y productos ultra procesados.
⦁ Y siempre que se pueda… buscar un rato de aire libre.
¿Y qué puedes hacer tú desde hoy?
Estos pequeños cambios pueden ayudarte a reducir la inflamación silenciosa que daña el cuerpo con los años. Son simples, pero poderosos:
⦁ Camina al menos 20 minutos al día. No necesitas correr ni inscribirte al gimnasio: moverse diario es lo más importante.
⦁ Come más frijoles y menos embutidos. Lo natural nutre, lo ultraprocesado desgasta.
⦁ Ten un pasatiempo que disfrutes. Pintar, bailar, leer o cuidar plantas mantienen la mente despierta y el ánimo en alto.
⦁ Mantén contacto con personas que te hagan sentir bien. La soledad también inflama; la buena compañía, en cambio, protege.
No se trata de cambiarlo todo de golpe. Basta con dar un paso. El primero puede ser hoy.
No es magia, es ciencia… y decisión
Este estudio confirma algo que muchos intuíamos:
Envejecer bien sí es posible.
Y no todo depende del doctor o del hospital. Mucho depende de nuestro estilo de vida, del entorno y de cómo cuidamos el cuerpo cada día.
Como dicen por ahí: "El envejecimiento es inevitable, pero cómo envejecemos sí se puede elegir."
"No dejamos de movernos porque envejecemos; envejecemos porque dejamos de movernos."
– Dr. Kenneth Cooper, pionero en medicina preventiva
Envejecer no tiene por qué doler. No tiene por qué ser sinónimo de cansancio, ni resignación, ni enfermedad.
Si podemos envejecer con menos dolor, con más energía, con más vida... entonces vale la pena preguntarnos: ¿Qué pequeñas cosas podrías cambiar hoy para cuidar mejor de ti mañana?
Nos leemos la próxima semana.
¿Y si envejecer sano no fuera cuestión de suerte? Hay adultos mayores que rara vez se enferman… y no es por magia. La ciencia ya empieza a descubrir por qué.
¿Y si envejecer con enfermedades no fuera "parte de la edad"?
¿Y si el cuerpo no tuviera que doler, inflamarse ni desgastarse tanto con los años?
Una nueva investigación científica comparó a miles de personas mayores en distintas partes del mundo. Y lo que encontró es tan inesperado como esperanzador: el envejecimiento no ocurre igual en todos los lugares.
Hay quienes llegan a los 70 sin enfermedades crónicas, sin dolores persistentes y con una energía que parece imposible.
¿La diferencia? No está en los genes, sino en cómo hemos vivido.
¿Sabías que en algunas comunidades indígenas, muchas personas mayores no sufren enfermedades crónicas ni dolores persistentes, a pesar de vivir con infecciones frecuentes? Los científicos creen que su secreto está en el estilo de vida: se mueven todos los días, comen alimentos frescos y viven con menos estrés. Eso mantiene su sistema inmune activo, pero sin inflamarse ni dañarse con el paso del tiempo.
Esta semana, en Canitas, te contamos por qué este hallazgo podría cambiar todo lo que creemos sobre la tercera edad.
¿Está en tus genes… o en tus hábitos?
Una pregunta simple, pero con mucho fondo.
Encuesta
¿Qué crees que más influye en cómo envejecemos?
La genética
Lo que comemos
El estrés que vivimos
Cómo nos movemos y convivimos
¿Y si envejecer con enfermedades no fuera tan normal como pensamos?
Toda la vida nos han dicho que "así es la edad": que si los achaques, la presión alta, la diabetes, el colesterol, el insomnio… Que es parte de envejecer. Pero un nuevo estudio publicado este mes en la revista Nature Aging acaba de poner en duda algo que creíamos cierto: no todas las personas mayores desarrollan inflamación crónica al envejecer.
Y lo más sorprendente es esto: la diferencia no está en los genes, sino en el ambiente donde vivimos.
¿Qué es la inflamación silenciosa del envejecimiento?
Los científicos le llaman inflammaging. Es una palabra que une inflamación (inflam) y envejecimiento en inglés (aging).
¿La idea? Que con el paso de los años, el cuerpo acumula una inflamación silenciosa que no arde, no se nota… pero va dañando células, tejidos y órganos poco a poco.
Este "fuego lento" es lo que está detrás de muchas enfermedades crónicas que aparecen con la edad: diabetes, hipertensión, Alzheimer, problemas del corazón, entre otras.
Durante mucho tiempo se pensó que este desgaste era inevitable, parte natural de envejecer. Pero ahora sabemos que no ocurre igual en todos los cuerpos. Ni en todos los lugares.
El estudio que lo cambió todo
Un grupo internacional de científicos comparó muestras de sangre de 2,800 personas mayores de diferentes partes del mundo. Querían saber si el cuerpo de todos envejece de la misma forma.
Estudiaron a personas en:
⦁ Italia y Singapur: ciudades modernas, con buena medicina pero vida urbana.
⦁ Bolivia (población Tsimane en la Amazonia) y Malasia rural (grupo indígena Orang Asli): comunidades con pocos recursos, pero vida más tradicional.
¿El resultado?
⦁ En Italia y Singapur, los adultos mayores tenían más inflamación en la sangre a medida que pasaban los años. También tenían más enfermedades crónicas.
⦁ Pero en Bolivia y Malasia… no fue así.
Muchos adultos mayores no presentaban signos de inflamación, incluso con más de 70 años. Y tampoco sufrían enfermedades como diabetes, demencia o problemas cardiacos.
¿Qué tienen en común las personas mayores más sanas?
Los investigadores notaron que estas personas llevaban una vida muy distinta:
⦁ Caminan mucho todos los días.
⦁ Comen alimentos frescos, sin procesar.
⦁ Viven con menos estrés.
⦁ Tienen un fuerte sentido de comunidad.
⦁ Y aunque se enfrentan a infecciones y enfermedades tropicales, su sistema inmunológico no se daña con la edad como ocurre en las ciudades.
En cambio, en zonas urbanas como las nuestras:
⦁ Hay más contaminación.
⦁ Comemos más alimentos procesados.
⦁ Vivimos más sentados.
⦁ Y el estrés económico, social y familiar es constante.
Todo eso obliga al cuerpo a mantenerse en "alerta" todo el tiempo, generando esa inflamación silenciosa que daña desde adentro.
¿Qué significa esto para nosotros?
Significa que envejecer no tiene por qué ser sinónimo de enfermarse.
El cuerpo puede conservarse mejor si lo cuidamos, no solo con medicina, sino con hábitos y entornos más saludables.
Y no estamos hablando de irnos al campo o dejar todo atrás. Se trata de pequeñas decisiones diarias:
⦁ Comer más natural y menos enlatado o empaquetado.
⦁ Caminar todos los días, aunque sea 15 minutos.
⦁ Aprender a respirar y descansar.
⦁ Rodearnos de personas que nos escuchen y nos acompañen.
⦁ Evitar el exceso de sal, azúcar y productos ultra procesados.
⦁ Y siempre que se pueda… buscar un rato de aire libre.
¿Y qué puedes hacer tú desde hoy?
Estos pequeños cambios pueden ayudarte a reducir la inflamación silenciosa que daña el cuerpo con los años. Son simples, pero poderosos:
⦁ Camina al menos 20 minutos al día. No necesitas correr ni inscribirte al gimnasio: moverse diario es lo más importante.
⦁ Come más frijoles y menos embutidos. Lo natural nutre, lo ultraprocesado desgasta.
⦁ Ten un pasatiempo que disfrutes. Pintar, bailar, leer o cuidar plantas mantienen la mente despierta y el ánimo en alto.
⦁ Mantén contacto con personas que te hagan sentir bien. La soledad también inflama; la buena compañía, en cambio, protege.
No se trata de cambiarlo todo de golpe. Basta con dar un paso. El primero puede ser hoy.
No es magia, es ciencia… y decisión
Este estudio confirma algo que muchos intuíamos:
Envejecer bien sí es posible.
Y no todo depende del doctor o del hospital. Mucho depende de nuestro estilo de vida, del entorno y de cómo cuidamos el cuerpo cada día.
Como dicen por ahí: "El envejecimiento es inevitable, pero cómo envejecemos sí se puede elegir."
"No dejamos de movernos porque envejecemos; envejecemos porque dejamos de movernos."
– Dr. Kenneth Cooper, pionero en medicina preventiva
Envejecer no tiene por qué doler. No tiene por qué ser sinónimo de cansancio, ni resignación, ni enfermedad.
Si podemos envejecer con menos dolor, con más energía, con más vida... entonces vale la pena preguntarnos: ¿Qué pequeñas cosas podrías cambiar hoy para cuidar mejor de ti mañana?
Nos leemos la próxima semana.