DIVINO MENSAJE DE AMOR
Vuestra realidad es el “Yo”, que es una ola del Ser Supremo. El único objeto de esta experiencia humana es visualizar esa Realidad, esa Alma, esa relación entre la ola y el mar. Todas las demás actividades son triviales; ustedes las comparten con las aves y las bestias; pero esto es privilegio único del hombre. El ha incursionado por todos los niveles de la animalidad, por todos los pasos de la escalera de la evolución con el fin de heredar este gran destino. Si todos los años entre nacimiento y muerte son derrochados en busca de alimento y albergue, comodidad y placer, como hacen los animales, el hombre se condena a sí mismo a otra sentencia de vida.
El hombre está dotado con dos dádivas especiales: la facultad de razonar y la facultad de analizar y sintetizar. Usen estas dádivas para descubrir la Verdad de sí mismos, que es la Verdad de todos los demás, y de todo lo demás. Todos los pueblos están sostenidos y sustentados por esta Tierra; todos reciben calor del mismo Sol; todos los “cuerpos” están inspirados por el mismo Principio Divino; todos están urgidos por el mismo Motivador Interno. Los Vedas (antiguas escrituras hindúes) son los primeros testamentos de la victoria del hombre sobre sí mismo, su descubrimiento de la Unidad subyacente en toda la Creación y su pulsante contacto con la Verdad que vivifica. Ellos declaran: Dios es la Realidad interna en todos los seres. Todo esto está envuelto por Dios. Todo esto es Dios. El Principio Divino que está en cada uno es como la corriente eléctrica que ilumina las lámparas de diferentes colores y de diferentes potencias. El mismo Dios brilla a través de cada uno; cualquiera que sea el credo, el color, la tribu o el territorio, la corriente anima y activa todas las lámparas; la Divinidad anima y activa a todos.
Aquellos que ven diferencias están engañados; están envueltos en la niebla del prejuicio, el egoísmo, el odio o la malicia. El Amor ve a todos como una Familia Divina.
¿Cómo es que este Principio del Alma se expresa en el hombre? Como Amor.
Amor es la naturaleza básica del hombre, que le sostiene, y fortalece su determinación de seguir adelante. Sin Amor el hombre está ciego; el mundo, para él, será una selva oscura y tenebrosa. Amor es la luz que guía los pasos del hombre en el bosque de la vida.
Los Vedas establecieron cuatro metas para el hombre, más bien dos pares de metas: moralidad-riqueza, la obtención de las necesidades vitales por medios morales; y deseo-liberación por las experiencias gemelas de dolor y placer, y el deseo de esa Liberación que es un tesoro supremo. A todas estas metas se accede por medio de la práctica del Amor. Amor regulado por la Verdad, la Justicia y la Paz. Los Vedas enseñan que el hombre debe ganar riqueza por el sendero de la justicia; esto no se ha tomado a pecho. ¡Las riquezas se acumulan por cualquier medio! Los Vedas enseñan que el hombre debe tener un solo deseo, el de la Liberación. Esto tampoco es respetado. El hombre se ahoga a sí mismo en la vorágine del deseo; la satisfacción de esos deseos nunca podrá apagar su sed más profunda. ¿Cómo puede un prisionero tener otro deseo que no sea el de la Liberación? La ansiedad, el temor y la inquietud, tan extendidas y evidentes a través de todo el mundo, son las consecuencias de este camino equivocado.
El cuerpo humano tan lleno de habilidades, tan capaz de grandes aventuras, es un regalo de Dios a cada uno de ustedes. Tiene que ser usado como una balsa con la cual cruzar el tumultuoso mar de la vida que yace entre nacimiento y muerte, esclavitud y liberación. Despierten a este deber primordial cuando aún sus facultades físicas y mentales están aguzadas; despierten cuando aún su facultad de discernimiento está alerta. No pospongan el lanzamiento de la balsa, pues puede que pronto se convierta en inservible. Puede ser agobiada con enfermedades, y así toda la atención tiene que ponerse en su mantenimiento. ¡Piensen en la alegría incomparable que surgirá dentro de ustedes cuando se acerquen a la costa de la Liberación! Pasen seguros por las encrespadas aguas del mar de la vida, sean testigos, no anhelen el fruto de sus actos, dejen a la voluntad de Dios las consecuencias de todos sus buenos actos. El es el Hacedor, ustedes son sólo el instrumento. Persigan nobles fines, tengan grandes ideales. Los placeres sensoriales son baratijas, trivialidades. Los sabios han descubierto las disciplinas que les mantendrán ecuánimes en la derrota o en la victoria, la pérdida o la ganancia. Apréndanlas, practíquenlas, establézcanse en la paz inalterable.
En los hogares y en las escuelas, el entrenamiento de las mentes de los jóvenes sobre estas líneas ha de ser tomado seriamente por padres y maestros; por supuesto, ellos deberán equiparse para este trabajo por medio de la práctica constante de la meditación y la repetición del Nombre de Dios. En cada hogar debe fijarse cierto tiempo cada día, tanto en la mañana como en la noche, para la lectura de libros espirituales y la repetición del Nombre de Dios. Padres e hijos deben unirse en el canto a la Gloria de Dios. De hecho, todo el tiempo de uno debe ser dedicado a Dios; así, como primer paso pueden dedicarse unos pocos minutos a la adoración de Su Gloria, o a la consideración de la magnitud de esa Gloria. Gradualmente, cuando la dulzura de ese hábito les aliente, le dedicarán más y más tiempo y se sentirán más y más contentos. El propósito de vivir es alcanzar “el vivir en Dios”; todos tienen derecho a esa consagración y consumación. Ustedes son la Verdad; no pierdan la Fe; no se empequeñezcan. Ustedes son Divinos, aun cuando frecuentemente resbalen de la humanidad a la animalidad o aun más bajo.
Cultiven el Amor, compartan el Amor con todos. ¿Cómo pueden dar menos a una persona y más a otra, cuando ambas son iguales que ustedes? Si se olvidan de la Divinidad básica, el odio germina; la envidia se descubre. Vean al Ser Divino en todos; el Amor germina; la Paz desciende como el rocío. Ustedes son encarnaciones del Amor. Cuando siento vuestro Amor; Yo lo debo compartir y permitirles que compartan Mi Amor; ésa es la mejor de las comunicaciones y comuniones. La meditación de palabras es entonces innecesaria.
Yo he venido a encender la lámpara del Amor en sus corazones, para que brille día a día con más resplandor. No he venido a hablar en favor de
algún código de conducta. No he venido en ninguna misión de publicidad
a favor de alguna secta, o credo, o causa; tampoco he venido a recoger
seguidores para doctrina alguna. No tengo el plan de atraer discípulos
o devotos a Mi redil o para el de cualquier otro. He venido a decirles
de esta Fe Unitaria Universal, este Principio del Alma, este Sendero de
Amor, este Deber de Amar, esta Obligación de Amar.
algún código de conducta. No he venido en ninguna misión de publicidad
a favor de alguna secta, o credo, o causa; tampoco he venido a recoger
seguidores para doctrina alguna. No tengo el plan de atraer discípulos
o devotos a Mi redil o para el de cualquier otro. He venido a decirles
de esta Fe Unitaria Universal, este Principio del Alma, este Sendero de
Amor, este Deber de Amar, esta Obligación de Amar.
Todas las religiones enseñan una disciplina básica; el remover de la mente la mancha del egoísmo, de correr tras pequeñas alegrías. Toda religión
enseña al hombre a llenar su ser con la Gloria de Dios y de desahuciar
la pequeñez de la vanidad. Le entrena en los métodos de desapego y
discernimiento para que pueda aspirar alto y alcanzar la Liberación.
Crean que todos los corazones están motivados por el Uno y Unico Dios;
que todas las creencias Glorifican al Uno y Unico Dios; que todos los
Nombres, en todas las lenguas y todas las Formas que el hombre pueda
concebir, denotan al Uno y Unico Dios. Se le adora mejor por medio del
Amor. Cultiven esa actitud de Unicidad entre los hombres de todos los
credos, de todos los países y de todos los continentes. Ese es el
Mensaje de Amor que les he traído. Ese es el Mensaje que deseo guarden
en su corazón.
enseña al hombre a llenar su ser con la Gloria de Dios y de desahuciar
la pequeñez de la vanidad. Le entrena en los métodos de desapego y
discernimiento para que pueda aspirar alto y alcanzar la Liberación.
Crean que todos los corazones están motivados por el Uno y Unico Dios;
que todas las creencias Glorifican al Uno y Unico Dios; que todos los
Nombres, en todas las lenguas y todas las Formas que el hombre pueda
concebir, denotan al Uno y Unico Dios. Se le adora mejor por medio del
Amor. Cultiven esa actitud de Unicidad entre los hombres de todos los
credos, de todos los países y de todos los continentes. Ese es el
Mensaje de Amor que les he traído. Ese es el Mensaje que deseo guarden
en su corazón.
Promuevan Amor, vivan en Amor, esparzan el Amor; ése es el ejercicio espiritual que rendirá el máximo beneficio. Cuando reciten el Nombre de Dios, recordando mientras tanto Su Majestad, Su Compasión, Su Gloria, Su Esplendor, Su Presencia, el Amor crecerá dentro de ustedes, sus raíces irán más y más profundas, sus ramas se esparcirán más y más anchas, dando fresco albergue al amigo y al enemigo, al compatriota y al extranjero. Dios tiene un millón de nombres; sabios y santos le han visto en un millón de Formas; le han visto con los ojos abiertos y con los ojos cerrados. Le han alabado en todas las lenguas y dialectos que el hombre habla; más aún, Su Gloria no se agota.
Escojan cualquiera de Sus Nombres, cualquier Nombre que les plazca, escojan cualquiera de Sus Formas; cada día, cuando despierten a la llamada del Este resplandeciente, reciten el Nombre, mediten en la Forma; tengan el Nombre y la Forma como su acompañante, guía y guardián, durante las tareas del día; cuando se retiren en la noche, ofrezcan el agradecido homenaje a Dios en esa Forma, con ese Nombre, por estar con ustedes, al lado, detrás, durante todo el día. Si se adhieren a esta disciplina, no podrán faltar o fallar.
Decidan comenzar la búsqueda de su propia Realidad. Decidan vivir en la inspiración del constante recuerdo de Dios. Cultiven el Amor y compartan el Amor con todos.
Les bendigo para que obtengan éxito en esta empresa, y de ello derive gran alegría.
Bhagavan Sri Sathya Sai Baba
7 de Abril de 1986