Cuando se encuentran en estado de indefensión, las personas claman a Dios lamentándose: "Oh Dios, ¿por qué me expones a tal sufrimiento, ansiedad y preocupación, y me pruebas de esta manera?" Dios no nos da ningún placer o dolor. Cualquier situación por la que estén atravesando es su propia creación. Dios es solo el cartero; Él les entrega todos los envíos dirigidos a ustedes. Él les entregará todo: tarjetas, giros o envíos que están destinados a ustedes. El cartero no tiene nada que ver con los efectos que los contenidos causen en ustedes. De la misma manera, todo lo que experimentan es el resultado de sus propias acciones. No les es dado por Dios. Hay algo fundamental sobre el placer y el dolor. Somos nosotros los que hemos merecido esa experiencia en base a nuestras acciones realizadas ya sea en esta vida o en la anterior. En tiempos difíciles, oren a Dios en forma desinteresada con un corazón sagrado y puro para que Su "Gracia Especial" los proteja y los ayude. - 'My Dear Students', Vol 3, Ch 2, Mar 19, 1998. |