Si te atienes a la verdad de manera coherente y animosa, el sentimiento de culpa no roerá tu corazón causando dolor. El hábito más sencillo es decir la verdad y ser honestos. Pues si comienzas a decir mentiras tendrás que llevar la cuenta de las mismas y recordar cuántas has dicho y a quiénes, y estar siempre alerta para no contradecir una mentira con otra. También ten en cuenta que es la cobardía lo que te hace ocultar la verdad. Es el odio el que aguza el filo de la falsedad. Sé franco, y no habrá necesidad de mentiras. Llénate de amor, y no habrá necesidad de dobleces, trucos ni estratagemas. Finalmente, la verdad más importante es que si amas a una persona, luego automáticamente sentirás que ella merece la verdad y nada más que la verdad.
- Divine Discourse, Apr 3, 1958. |