Dios está en todas partes, y es todo; por eso parece que no estuviera en ninguna parte y en ninguna cosa. Pues para conocerle, ustedes tratan de identificarle como alguien ajeno y singular. Él es Amor, Poder, Verdad, Sabiduría y Belleza. Cuando aceptan el amor, aceptan a Dios. La tierna planta de la espiritualidad sólo puede crecer en el campo del Amor. No puede prosperar en la tierra deshidratada y sin amor de los corazones humanos. Quiten de sus corazones todo rastro de salinidad, añadiendo al suelo el precioso complemento del Nombre del Señor. Riéguenlo con la Fe. Luego planten los retoños de la Divinidad; usen la disciplina como cerco, y la tenacidad como el pesticida a rociar. Luego podrán levantar la rica cosecha de Jnana (sabiduría), la cual les liberará para siempre de la tarea de cultivar.
- Divine Discourse, Oct 18, 1969. |