EL TEMA DE LA LIBERACIÓN EN VIDA
Ahora te explicaré el conocimiento del Brahman y las características de un jivanmukta. Al que mora sólo en el Sí mismo se le llama un jivanmukta.
2. Yo soy lo mismo que el Brahman. Yo soy el Sí mismo. No hay ninguna duda de esto. Al que es firme en la convicción de que yo soy Caitanya (el Sí mismo consciente) se le llama un jivanmukta.
3. Yo soy el Sí mismo, que es Consciencia. Yo soy Paramatman (el Supremo Sí mismo). Yo soy sin atributos. Yo soy más alto que lo más alto. Al que tiene esta certeza se le llama un jivanmukta.
4. Yo soy más allá de la tríada de los cuerpos. Yo soy el Brahman, la Consciencia. Aquel cuya conclusión final es que yo soy el Brahman se le llama un jivanmukta.
5. Yo soy de la naturaleza de un junto de Felicidad. Yo soy más alto que la Felicidad más alta. A aquel cuya mente es así toda felicidad se le llama un jivanmukta.
6. Al que no tiene ningún cuerpo ni demás, que tiene la certeza de que él es el Brahman, y que está lleno de la más alta Felicidad, se le llama un jivanmukta.
7. Al que no tiene ningún rastro de ego, que mora solo en la Consciencia, que tiene la más alta Felicidad, y que se deleita en la Felicidad, se le llama un jivanmukta.
8. Al que está cierto de ser solo Consciencia, que es solo de la naturaleza de la Consciencia, y que no recuerda nada más, se le llama un jivanmukta.
9. Al que está siempre satisfecho en todas partes, que mora en el Sí mismo, comprehendiendo el Sí mismo en todas partes, y que es siempre completo en el Sí mismo en todas partes, se le llama un jivanmukta.
10. Al que está siempre absorbido en el Supremo Sí mismo, cierto de ser el Supremo Sí mismo, de la naturaleza de la Felicidad, e inmanifiesto, se le llama un jivanmukta.
11. Al que vive sólo en esta beatitud, vacío de todos los apegos, como el Sí mismo siempre presente en la Felicidad, se le llama un jivanmukta.
12. Al que es de una sola naturaleza, el Sí mismo en paz, vacío del pensamiento de que algo sea separado, a ese tal que no tiene absolutamente nada, se le llama un jivanmukta.
13. Yo no tengo ninguna mente. Yo no tengo ninguna inteligencia. Yo no tengo ningún ego. Yo no tengo tampoco sentidos. Al que es únicamente el Brahman, se le llama un jivanmukta.
14. Yo no tengo ningún defecto. Yo no tengo ningún cuerpo. Yo no tengo ningún prana. Yo no tengo nada, nunca. A quienquiera que mora en esta certeza se le llama un jivanmukta.
15. Yo no tengo ningún engaño. Yo no tengo ningún deseo. Yo no tengo ninguna cólera. Yo soy más allá de (todos) éstos. Aquí no hay nada mío. Al [que sabe esto] se le llama un jivanmukta.
16. Yo no tengo ninguna falta. Yo no tengo ninguna característica. Yo no tengo ningún apego. Para mí no hay ningún mundo. Al que (ha realizado esto y que mora) en permanente Felicidad se le llama un jivanmukta.
17. Yo no tengo oídos. Yo no tengo nariz. Yo no tengo ojos. Yo no tengo lengua. Yo no tengo mente. Al que está cierto de esto se le llama un jivanmukta.
18. Yo no tengo ningún cuerpo. Yo no tengo ninguna marca distintiva. Yo no tengo ninguna causa. Yo no tengo ningún cuarto estado. Al que está establecido así en sí mismo se le llama un jivanmukta.
19. Nada de todo esto es mío; nada de todo eso es mío. Al que está establecido así únicamente en el Brahman, se le llama un jivanmukta.
20. No hay ni siquiera un poco mío; no hay nada mío. Para mí no hay ningún mundo—ni un micronésimo de él, nunca. Yo soy mí mismo. Al que está establecido así se le llama un jivanmukta.
21. Yo no tengo ningún tiempo. Yo no tengo ningún espacio. Yo no tengo ningún objeto. Yo no tengo ningún ser. Para mí no hay ninguna ablución ni renunciación. A uno así se le llama un jivanmukta.
22. Para mí no hay ningún río sagrado, ningún dios, ningún servicio (a un dios), ni ningún santuario. Yo soy sin la más mínima diferencia. Al que es así se le llama un ji- vanmukta.
23. Yo no tengo ningún apego. Yo no tengo ningún nacimiento. Yo no tengo ningún conocimiento. Yo no tengo ninguna situación. Yo no tengo ningún habla. Al que mora así en sí mismo se le llama un jivanmukta.
24. Yo no tengo ningún mérito. Yo no tengo ningún demérito. Yo no tengo ningún cuerpo. Yo no tengo nada auspicioso. Yo no tengo nada que ver. A un veedor semejante se le llama un jivanmukta.
25. Yo no tengo ningún sonido. Yo no tengo ningún tacto. Yo no tengo ninguna vista. Yo no tengo ningún gusto. Yo no tengo ninguna vida. Al que realiza esto, se le llama un jivanmukta.
26. Yo no tengo nada de todo ello. Yo no tengo ni un micronésimo de ello. Yo no tengo ninguna vida. Yo no tengo ningún lugar en ninguna parte. Yo no tengo ninguna actitud. Yo no tengo posesiones. El que ha realizado esto es un jivanmukta.
27. Para mí no hay nada en «liberación». Para mí no hay ninguna dualidad, para mí no hay veda-s, para mí no hay prescripciones escriturarias, para mí no hay ninguna distancia. El que mora así en sí mismo es un jivanmukta.
28. Para mí no hay ningún Gurú, para mí no hay ningún discípulo, para mí no hay ninguna enseñanza, para mí no hay nada más alto, para mí no hay ningún objeto exaltado. A uno así se le llama un jivanmukta.
29. Para mí no hay ningún Brahma, ningún Vishnu, ningún Rudra, ningún Ravi (Sol). Para mí no hay ninguna acción. Para mí no hay nada. Al que ha realizado esto se le llama un jivanmukta.
30. Para mí no hay ninguna tierra, ningún agua, ninguna luz, ni ningún espacio. Para mí no hay ninguna acción. Uno que mora en sí mismo así se le llama un jivanmukta.
31. Para mí no hay palabras, para mí no hay sentencias, para mí no hay ningún linaje, para mí no hay ninguna raza, para mí no hay ningún conocimiento. Al que mora en sí mismo así se le llama un jivanmukta.
32. Para mí no hay ningún sonido audible, para mí no hay ningún sonido inaudible (sabda y nada), para mí no hay ningún ideal, para mí no hay ninguna vida futura ni mundana, ni ninguna contemplación. Al que mora en sí mismo así se le llama un jivanmukta.
33. Para mí no hay ningún frío, para mí no hay ningún calor, para mí no hay ningún engaño, para mí no hay ninguna recitación de mantra-s, para mí no hay ningún amanecer ni ningún anochecer. Al que mora en sí mismo así se le llama un jivanmukta.
34. Para mí no hay ninguna murmuración de mantra-s, para mí no hay ningún man- tra-s en absoluto, no hay ningún homa-s (yagna, NT), para mí no hay ninguna noche —para mí no hay nada de todo esto. Al que mora en sí mismo así se le llama un jivanmukta.
35. Para mí no hay ningún miedo, para mí no hay ningún alimento, para mí no hay ninguna sed, para mí no hay ningún hambre. Para mí no hay ningún «sí mismo». Al que mora en sí mismo así se le llama un jivanmukta.
36. Para mí no hay ningún frente, para mí no hay ninguna espalda, y sobre mí no hay nada. Para mí no hay direcciones. No hay ninguna mente mía. Al que mora en sí mismo así se le llama un jivanmukta.
37. No hay nada por mínimo que sea que yo tenga que decir; no hay ni un susurro que yo tenga que escuchar. No hay nunca nada por mínimo que sea que pueda pensarse de mí. Al que es así se le llama un jivanmukta.
38. No hay nada por mínimo que sea que haya de ser experimentado por mí. No hay ni siquiera un átomo que haya de ser contemplado por mí; no hay tampoco nada que haya de ser recordado por mí. Al que es así se le llama un jivanmukta.
39. Para mí no hay ningún gozo. Para mí no hay ninguna enfermedad. Para mí no hay ningún yoga. Para mí no hay ninguna disolución. Para mí no hay absolutamente nadie. Al que mora en sí mismo así se le llama un jivanmukta.
40. Para mí no hay ninguna existencia. Para mí no hay ningún nacimiento. Para mí no hay ningún envejecimiento. Para mí no hay ninguna decadencia. Para mí no hay nin- guna sobreimposición. Al que mora en sí mismo así se le llama un jivanmukta.
41. La sobreimposición no es para mí. La refutación no es para mí. Para mí no hay absolutamente nada. Al que es así se le llama un jivanmukta.
42. Para mí no hay ninguna pureza. Para mí no hay ningún brillo. Para mí no hay uno ni muchos. Para mí no hay ningún pasado. Para mí no hay ninguna acción. Al que es así se le llama un jivanmukta.
43. Para mí no hay «¿Quién soy yo?». Para mí no hay «Esto». Para mí no hay «Ningún otro». Para mí no hay «Uno mismo». Para mí no hay absolutamente nada —nada en absoluto. Al que mora en sí mismo así se le llama un jivanmukta.
44. Para mí no hay ni carne, ni sangre, ni médula, ni excremento, ni huesos. Al que mora en sí mismo así se le llama un jivanmukta.
45. Para mí no hay nada de todo esto. Para mí no hay ni blanco ni azul, ni hay nada separado de mí. Al que mora así en sí mismo, por sí mismo, se le llama un jivanmukta.
46. Para mí no hay ningún anhelo. Para mí no hay ninguna codicia. Para mí no hay ningún significado indirecto o metafórico. Para mí no hay ninguna fama. Para mí no hay ninguna filosofía. Al que mora en sí mismo así se le llama un jivanmukta.
47. Para mí no hay ninguna noción errónea. Para mí no hay ningún conocimiento, nada que tenga que ser guardado en secreto. Para mí no hay ningún linaje —para mí no hay absolutamente nada de todo esto. Al que contempla así se le llama un jivanmukta.
48. No hay nada que yo tenga que abandonar, no hay nada que yo tenga que aprehender. Para mí no hay nada de lo que reír. Para mí no hay ninguna disolución, ni hay ningún dios. Al que mora en sí mismo así se le llama un jivanmukta.
49. Para mí no hay ningún voto. Para mí no hay ninguna fatiga. Para mí no hay ninguna aflicción ni ninguna felicidad. Ciertamente, para mí no hay nada. Al que es así se le llama un jivanmukta.
50. Para mí no hay ni conocedor ni conocimiento ni nada que tenga que ser conocido. Para mí no hay nada mío. Para mí no hay nada en absoluto. A tal Sabio se le llama un jivanmukta.
51. Para mí no hay ninguna cosa tal como «a ti» o «a mí» o «de ti» o «de mí». Para mí no hay ningún Gurú —no para mí. Al que es así se le llama un jivanmukta.
52. Para mí no hay ninguna laxitud. Para mí no hay ningún delirio. Para mí no hay ninguna fatiga. Para mí no hay nada bueno tampoco. Al que está establecido en «para mí no hay, para mí no hay» se le llama un jivanmukta.
53. Para mí no hay ningún linaje. Para mí no hay ningún aforismo. Para mí no hay ningún rango. Para mí no hay ninguna compasión. Para mí no hay nada en absoluto. Al que contempla así se le llama un jivanmukta.
54. Para mí no hay ningún Sí mismo. Para mí no hay ningún no-Sí mismo. Para mí no hay ningún cielo. Para mí no hay ningún fruto, y tampoco hay nada que tenga que ser condenado por mí. Al que es así se le llama un jivanmukta.
55. Para mí no hay ninguna práctica. Para mí no hay ningún aprendizaje. Para mí no hay ninguna paz. Para mí no hay ninguna autorrestricción. Para mí no hay ningún cuerpo. A tal Sabio se le llama un jivanmukta.
56. Para mí no hay ninguna aflicción. Para mí no hay ninguna duda. Para mí no hay ningún sueño profundo. Para mí no hay ninguna mente. Para mí no hay ninguna incertidumbre. Al que tiene esta convicción se le llama un jivanmukta.
57. Para mí no existe ninguna vejez. Para mí no existe ninguna infancia. Para mí no existe ni un átomo de juventud. Para mí no existe ninguna muerte. Para mí no existe ninguna oscuridad. Al que es así se le llama un jivanmukta.
58. Al que recuerda que el mundo no es para mí, ni tampoco sus experiencias —na- da de todo esto— al que ha encontrado que ese silencio tampoco es para mí, se le llama un jivanmukta.
59. En verdad, yo soy el Brahman. En verdad, yo soy el Brahman. En verdad, yo soy el Brahman. Es cierto. Yo soy la Consciencia. Yo soy la Consciencia. Al que es así se le llama un jivanmukta.
60. Yo soy el Brahman. Yo soy la Consciencia. Yo soy lo más alto —no hay ninguna duda. Yo mismo soy el autoiluminado. Al que es así se le llama un jivanmukta.
61. Al que ve solo a sí mismo en sí mismo, que mora solo en sí mismo, y que existe solo en su propio Sí mismo, se le llama un jivanmukta.
62. Al que se saborea a sí mismo en la Felicidad de su propio Sí mismo, que reside en el dominio de su propio Sí mismo, y que se ve a sí mismo en el dominio de su propio Sí mismo, se le llama un jivanmukta.
63. Yo mismo soy el señalado. Yo mismo soy el Señor de mí mismo. Yo me percibo a mí mismo como de la naturaleza de mí mismo. Al que es así se le llama un jivan- mukta.
64. La explicación del jivanmukta es difícil de obtener en todos los Veda-s. Quienquiera que escucha esto incluso solo una vez, él mismo deviene el Brahman.
65.
Aquellos que, por las ideas de diferenciación engendradas por los argumentos y prescripciones de los Veda-s, se extenúan a sí mismos con sus mentes empeñadas en adquirir mérito [punya], y causan incontables penalidades a sus cuerpos, no alcanzaran nunca la felicidad que fluye de tus pies, ¡Oh Señor!
66.
¿Quién puede cruzar este océano del samsara (existencia mundana) de la naturaleza de sucesivas olas de nacimiento y muerte? Solo el que está imbuido en la meditación en Siva, bien instruido en los modos de adoración de Isvara, puede hacer la travesía con la barca del Conocimiento sin diferenciación.