Teotihuacán retratado por un drone….
En el verano de 2015, este fabuloso y breve video las ruinas de Teotihuacánfue realizado, como parte de un proyecto de investigación para la Universidad de Boston, por Devin Hahn y Bill Politis. Su poética y gran sensibilidad lo convierten en un espacio visual casi meditativo, y un oasis en el tiempo que permite a cualquier persona que lo vea conocer desde las alturas uno de los lugares más majestuosos cerca de nuestra ciudad, uno que cuenta mil y un historias.
Localizado a casi 80 kilómetros de la Ciudad de México, Teotihuacán —cuyo nombre significa "lugar donde los hombres se convierten en dioses" o "ciudad de los dioses"— fue declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO y es el sitio arqueológico más visitado del hemisferio occidental.
La belleza de la Calzada de los Muertos, la magnificencia de las Pirámides del Sol y la Luna, y la elegancia de los múltiples templos que aún se encuentran de pie en Teotihuacán hacen de este sitio uno de los más impresionantes de mundo, y por suerte, uno de los más cercanos a nosotros.
Los invitamos a dar un breve paseo por el gran sitio de Teotihuacán…
La historia de Tenochtitlán sigue emergiendo del subsuelo…
A propósito de todos los hallazgos arqueológicos que hay últimamente, ayer se encontró tras los muros de lo que a simple vista parecía una típica vecindad del Centro Histórico, un patio hundido, dos antesalas y un espacio ceremonial que aparentemente albergó a un nutrido grupo de nobles mexicas del importante calpulli Colhucatonco.
Este barrio prehispánico se hizo famoso por haber sido uno de las pocos que resistió, casi de manera heroica, los embates de los españoles en los tiempos de la caída del imperio. De hecho, de acuerdo a algunas crónicas de la época fue en ese lugar donde una vez se quemó la bandera de España y se aprisionaron a algunos conquistadores insaciables que iban por ahí matando a todo el mundo.
Este nuevo descubrimiento ocurrió ayer, en un predio de la calle República de Perú, muy cerca de la Lagunilla. En ese sitio se encontraron los vestigios una antigua construcción prehispánica rodeada de muros de piedra y adobe, que de acuerdo a los arqueólogos sirvió como casa de la élite mexica en el siglo XIII.
Por su parte, en el terreno también se halló una plataforma prehispánica que por sus características debió estar destinada a ceremonias religiosas. Esta protuberancia irregular del suelo mide poco más de 3 metros, preserva sus materiales en perfectas condiciones, y tiene en el piso la pintura de un círculo con rayas.
Por si lo anterior fuera poco, en el lugar también se desenterraron los restos de cuatro niños y tres adultos. Según los especialistas estos restos óseos pertenecieron a mexicas de segunda generación, que posiblemente desafiaron a los conquistadores y secretamente dieron a sus seres queridos un sepulcro azteca. Lo anterior se pudo intuir gracias a una serie de ofrendas que acompañaban a los esqueletos: la figurilla de un coyote, dos navajas de obsidiana y una olla de miniaturas.
Además de todo lo ya mencionado, en el terreno se encontraron además distintos tipos de materiales y objetos eclécticos, incluso del siglo XX, lo que indica que este sitio pasó por muchas remodelaciones y etapas. Según los arqueólogos dichos hallazgos hacen al espacio particularmente interesante.
Los especialistas de Instituto Nacional de Antropología e Historia todavía están indagando entre estas magníficas ruinas. Pero cuando terminen las excavaciones el predio quedará protegido y pronto se podrá visitar.
Los arqueólogos aseguran que se trata del oro azteca más fino jamás encontrado…
Es bien sabido que el centro de esta ciudad representa un emblema clave cuando se habla de la identidad mexicana. Es aquí donde se desdobla un sinnúmero de sincretismos culturales e históricos, pues mientras uno camina por sus callejones y aprecia construcciones coloniales, también es posible toparse con vestigios arqueológicos que nos recuerdan nuestro pasado prehispánico.
Encima de lo que alguna vez fue Tenochtitlán se edificó la Nueva España. Y cuando alguna obra civil requiere de excavaciones, es común que los trabajadores den con asombrosos descubrimientos aztecas. Por fortuna, no tardan en arribar al lugar los arqueólogos, para desenterrar con cuidado los tesoros mexicas que yacen en el subsuelo y todavía hoy definen nuestra idiosincrasia.
No por nada el Centro Histórico de la capital es también llamado el corazón de la ciudad. Y es que últimamente, los descubrimientos que se han llevado acabo allí lo han puesto bajo el reflector. Hace poco hallaron los restos de un templo dedicado al dios del viento, Ehécatl, y un terreno que fungía como la cancha del afamado juego de pelota. De igual manera, hace poco surgió de las entrañas del centro un huey tzompantli compuesto por 35 cráneos.
Ahora, en el Templo Mayor se ha encontrado una fascinante ofrenda integrada por 22 piezas de oro, dentro de una bóveda de piedra. Según Leonardo López Luján, el arqueólogo responsable de las excavaciones del Templo Mayor, este tesoro representa el oro azteca más fino que jamás se haya encontrado.
Dicho hallazgo tuvo lugar cerca a las escalinatas del centro ceremonial más importante de Tenochtitlán, ese que se yuxtapone con la Catedral Metropolitana, una de los edificios más icónicos del periodo virreinal. Cabe mencionar, que entre las piezas que se encontraron, destaca una argolla nasal y un pectoral.
Es importante aclarar que durante los últimos 40 años, se han encontrado más de 200 ofrendas en las excavaciones del Templo Mayor, y solamente 16 tenían piezas de oro. Por este motivo, resulta importante este nuevo hallazgo.
Además del oro, se encontraron también restos de un lobo, que contaba con aproximadamente ocho meses de edad. Estaba vestido con un cinturón y adornos, haciendo alusión a Huitzilopochtli, dios del sol y la guerra. Se cree que su corazón fue removido como sacrificio, pero para determinar con certeza esta hipótesis, será menester realizar diversas investigaciones.
Los arqueólogos que dieron con este magnífico tesoro, estiman que el entierro del lobo y el oro data del reinado de Ahuitzotl, uno de los tlatoanis más temidos, quien gobernó entre 1486 y 1502. Esto pone a pensar a los investigadores, pues es posible que debajo del suelo que constituye el Zócalo, la Catedral Metropolitana y el Templo Mayor se escondan otros restos que nos acerquen un poco más a la cultura de nuestros antepasados.
Imágenes: Reuters.
El Zócalo de la ciudad de México no sólo es considerada como una de las plazas más importantes del país, también una de las más visitadas tanto por turistas como por los habitantes de esta metrópoli. En este sitio han transcurrido leyendas, eventos históricos, revoluciones y reconstrucciones. Sin embargo, ¿qué tanto ha cambiado el Zócalo a lo largo de los años?
Con el paso del tiempo, a esta plaza se le han acuñado numerosos nombres: Plaza de Ánimas, Plaza de Armas, Plaza Principal, Plaza del Palacio, Plaza Mayor, Plaza de la Constitución y, de manera coloquial, el Zócalo. Cada uno de ellos ha reencarnado la experiencia arquetípica en esos periodos históricos de la nación, como si se hubiese tratado de darle una estructura física a los eventos metafísicos que llevaban al cambio en el país.
Para los arqueólogos Alejandro Meraz, Gonzalo Díaz, Rubén Arroyo y Ricardo Castellanos, resulta significativo que un elemento arquitectónico de estas dimensiones defina una de las plazas más grandes del mundo. Tal es así, que entre las acepciones que el Diccionario de la Lengua Española otorga a zócalo, está la que en México hace referencia a la "plaza principal de una ciudad, especialmente la del Distrito Federal", ahora Ciudad de México.
Este equipo de la Dirección de Salvamento Arqueológico (DSA) del INAH ha podido comprobar lo tan citado en fuentes: que el monumento proyectado por el entonces presidente Antonio López de Santa Anna para conmemorar la Independencia, cuya primera piedra se colocó el 16 de septiembre de 1843, se convirtió en víctima de un México endeudado y convulso.
Desde el pasado 21 de abril, el INAH realiza la supervisión arqueológica del proyecto de rehabilitación de la Plaza de la Constitución, que contempla la sustitución del piso de concreto y la adecuación de la infraestructura peatonal y urbana por parte del Gobierno de la Ciudad de México. Dichos trabajos permiten a los arqueólogos bajar sólo 50 centímetros con respecto a la superficie, suficientes para hallar elementos históricos como en este caso.
Los arqueólogos de la DSA se sienten orgullosos de escribir un nuevo capítulo en la historia de este emblemático espacio con el hallazgo del verdadero "Zócalo". Para recordar este hecho, además de una moneda del año en curso que dejarán en el sitio para consignar su excavación, existe la propuesta de instalar una placa conmemorativa.
Por el momento y luego de un registro minucioso (en fotografía, dibujo y escaneo), el equipo de especialistas del INAH ha protegido debidamente los vestigios históricos del zócalo mediante una cubierta geotextil y tepetate, para permitir la continuidad de los trabajos de rehabilitación de la Plaza de la Constitución, a cargo del Gobierno de la Ciudad de México y las empresas PIASA e IIIMSA, que en todo momento han colaborado con las tareas de salvamento arqueológico.
Con info de El Financiero.