La sagrada cultura de esta antigua tierra ha sido mancillada por una sola impureza: la intolerancia al éxito, la prosperidad o el progreso ajenos. Si no puedes ayudar a otra persona, al menos evita hacer daño o causar dolor. Eso es en sí mismo un gran servicio. ¿Qué derecho tienes de buscar culpas o hablar mal de alguien? Si dices que nada puede pasar jamás sobre la Tierra sin Su Voluntad, ¿por qué molestarte o enojarte? Tu deber es limpiarte y dedicarte a tu propia purificación interior. Esa empresa te acarreará la cooperación de todas las buenas personas, y hallarás que dentro de ti surgen la fuerza y la alegría. - Divine Discourse, Aug 2, 1958. |