| Si trabajan durante 24 horas en un lugar con aire acondicionado, lo darán por descontado y no se darán cuenta de su valor. Pero si trabajan durante cuatro horas bajo el sol y luego se sientan en una sala con aire acondicionado, reconocerán su valor. Sin calor, el acondicionador de aire no tiene ningún valor. Así también, sin dificultades, no nos daremos cuenta del valor de las comodidades. ¡Solo cuando sufrimos, nos damos cuenta de lo que es la alegría! A veces, para aliviar el dolor y el sufrimiento en una parte de su cuerpo, el médico puede realizar una operación. La cirugía es un procedimiento doloroso. Sin embargo, sin sufrir ese dolor a corto plazo, no podrán eliminar el sufrimiento a largo plazo. Es por eso que las Escrituras enfatizan claramente que la felicidad no se puede derivar de la felicidad. Sin benevolencia, la vida no tiene sentido. Sin dolor, la felicidad no tiene ningún valor. |
- Divine Discourse, 'My Dear Students', Vol 2, Ch 2. |