Puede llegar un momento en que estés cansado y débil. Entonces debes orar así: "Señor, las cosas están por encima de mi capacidad. Cualquier esfuerzo me resulta difícil. ¡Por favor, dame fuerzas!" Al principio, Dios está a cierta distancia, observando tus esfuerzos, como un maestro que vigilara a los estudiantes escribiendo las respuestas en sus exámenes. Más tarde, cuando abandonas el apego a los placeres sensuales (bhoga) y emprendes buenas acciones y servicio desinteresado, Dios se aproxima a ti. Como el Sol, Él espera tras tu puerta cerrada. Como un sirviente que conoce los derechos del amo y sus propias limitaciones, Dios no golpea a tu puerta, sino que simplemente espera afuera. Cuando uno abre un poquito la puerta, Dios, como el Sol, se apresura a entrar y rápidamente expulsa a la oscuridad que hay adentro. De modo que todo lo que necesitas es el discernimiento (viveka) para orar, y la sabiduría espiritual (jnana) para acordarte de Él. (Prema Vahini, Capítulo 1) |