Los libros y las facilidades para el entrenamiento de la mente están ampliamente disponibles, y a precios muy bajos. Las pilas de libros que yacen por todas partes no pueden traspasar las gruesas tapas para emerger como luz en ustedes. Pues así como Dios está oculto tras las cordilleras interiores de lujuria, ira, envidia y egoísmo, el sol de la sabiduría también está oculto en los libros. Aunque los libros y el hábito de la lectura se han diseminado por cada rincón de la Tierra, no podemos decir que la cultura o la sabiduría hayan aumentado; el ser humano no está todavía muy lejos del simio. Lo que busca el lector son tapas atractivas, bellos títulos y figuras; estos son placeres transitorios, que dan contento momentáneo. La lectura indiscriminada de todo libro que les venga a la mano los confundirá y no les otorgará paz. Por lo tanto disciernan, seleccionen, y lean libros que contengan biografías de santos y sabios, y aquellos que ayudan en la contemplación de la Divinidad. Practiquen lo que lean. Entonces se darán cuenta de la verdad, y disfrutarán de la dicha duradera. |
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