Swami enseña …
'BRAHMAVIDYA' Y LA FUENTE INTERNA :
LAS DIECISEIS POTENCIAS HUMANAS – I
Sathyam (Verdad), Jnanam (Conocimiento del Absoluto), Anantham (el Infinito), Aksharam (el Imperecedero), Paramatma (el Omni-Sí Mismo), Paratatwam (la Verdad Suprema), Brahma (el Absoluto), Kshetrajna (el Conocedor del Campo) – todos estos términos son sinónimos para Atma (Espíritu).
Dios se describe como Sathyam (Verdad), Jnanam (Sabiduría), Anantham (Infinito), Brahma (el Absoluto). Sathyam significa aquello que es invariable, que no es afectado por variaciones en el tiempo. Jnanam significa percibir al Uno sin un segundo. Anantham significa infinito, omnipresente, saturando el Cosmos, es decir el Universo. Brahman significa aquello que lo trasmina todo. Estos términos entraron en boga de acuerdo a la época, el lugar y las circunstancias.
"¿Qué es aquello que, al conocerse, hace que se sepa todo lo demás?" Esta fue la interrogante que le planteó Saunaka al sabio Angirasa. Le preguntó al sabio, "¿Qué es aquello que al verlo hace que pueda verse todo lo demás? ¿Qué es aquello que al experimentarlo todo lo demás pueda ser experimentado? Por favor, revélame la naturaleza de este Principio divino eterno." Angirasa respondió, "Esto se puede obtener sólo a través del Brahmavidya (Conocimiento del Supremo)."
Aquel que haya merecido la gracia de lo Divino será capaz de ganarse la buena voluntad del mundo. Una vez que uno comprende a Dios, puede comprenderlo todo en el Universo.
En la actualidad, todo conocimiento se asocia a lo mundano y, en esencia, todo este conocimiento se refiere a ganarse medios de subsistencia. Debiera reconocerse aquella educación de verdad que tiene el propósito de adquirir la sabiduría suprema – vale decir adquirir el Brahmavidya. Este debe diferenciarse del conocimiento mundano – el Brahmavidya se ubica allende el poder de los ojos, el oído y la mente, atañe a revelar el Espíritu.
Esto fue lo que Angirasa le enseñara a Saunaka. Este episodio no debiera considerarse como una historia de los Upanishads. El significado interno del nombre Angirasa es el de aquel que representa a las dieciseis potencias que fluyen como un líquido dulce por todos y cada uno de los miembros del cuerpo humano y lo sustentan. El principio de Prajnana en cada persona tiene la forma de Angirasa. Este Prajnana satura la mente, el intelecto, la voluntad, el anthakarana (los cuádruples intrumentos psicosomáticos internos de mente, intelecto, memoria y ego) y cada parte del cuerpo. De ahí que se haya declarado, "Prajnanam es Brahman".
Todas las verdades esenciales que el ser humano busca aprender se encuentran dentro de él/ella mismos.
En el cuerpo humano existe un poder Divino llamado Chitshakthi (conciencia energética). Es como una corriente eléctrica – cuando un cuerpo toca otro, se produce un intercambio de energía. (La práctica de tocar los sagrados pies de gente pìadosa y buena era recomendada para que las personas pudiesen liberarse de sus malas cualidades y adquirir virtudes).
El ser humano es Divinidad humanizada. En el humano se concentran vastos poderes que esperan manifestarse. Mas el humano se condena a sí mismo a la pobreza, a la enfermedad y a la desesperanza. El humano mendiga limosnas de todos y de cada uno, y degrada al Señor interno. Se dice a sí mismo que Dios está lejos, en un Cielo inalcanzable. Se exilia a sí mismo del Reino que es su legítima herencia. Se engaña hasta creer que es él mismo quien siente, piensa, habla y actúa. Se maldice a sí mismo como idiota o víctima del destino, cometiendo un pecado con cada una de tales imprecaciones. Examinen –cada uno de ustedes– sus propias mentes y eviten esta cobardía que denosta vuestro derecho de nacimiento.
Por medio de un sadhana sistemático es posible conectarse con los recursos internos con los que Dios ha dotado al ser humano para elevarse al ámbito más puro y feliz de la Realidad.
(Observen a los domadores de animales salvajes. Traen al tigre, el más feroz, como si fuera un gato hasta la arena del circo – le hacen saltar a través de un aro en llamas, beber leche y sentarse frente a una cabra. Son capaces de controlar su ferocidad y de domarlo, reducirlo a la posición de un modesto juguete. ¿Cómo lo han logrado? Llevaron a cabo sadhana e hicieron pasar también al tigre por un régimen de sadhana, y triunfaron. Si uno puede tener éxito con un tigre, ¿no podrá lograrlo también con los feroces residentes que hay en su mente?)
Puesto que Shakthi (el Gran Poder Universal, la energía, fuerza Divina) es omnipenetrante, omnipotente, tanto infinitesimal como omni-incluyente, puede ser contactada en cualquier parte, ya sea en la naturaleza exterior como en la conciencia interna. Prahlada (el hijo del rey demonio Hiranyakasipu), le dijo a su incrédulo padre, "¿Para qué dudar, discutir y postergar? Busca en cualquier lugar a la energía Divina. Está próxima y distante, delante, atrás, junto a y dentro de todo, tanto en el mundo conocido como en el desconocido."
(Olvidándose de la fuente interna de lo que se busca, el humano persigue objetos externos y experimenta frustración).
La gente osa describir lo Divino, ya sea Él o Ella, como esto o aquello – esto no revela sino su facultad de suponer. No hay descripción alguna que nos pueda dar el cuadro completo. Cuando llega a lograrse la realización directa de lo Divino, la lengua se vuelve torpe – el retrato resulta indibujable. Está más allá del alcance de la inteligencia o la imaginación humanas.
Mas el ser humano busca describir la vasta magnificencia dentro de un marco limitado y ubicarla en Ayodhya o Dhwaraka o Madurai o algún otro punto como estos, y darle un Nombre y una Forma, como para que el hombre pueda acercarse y adorarla. El Nombre y la Forma sólo Lo identifican, no Lo limitan.
Dios lo da todo, cualquier cosa que recibamos será Su Gracia. Nadie tiene el derecho de juzgar si lo que recibe es bueno o malo.
Con el objeto de instalar tan firmemente a Dios, la adoración de ídolos o retratos, la meditación en Su Gloria, la recitación de Su Nombre resultan todos provechosos como un sadhana (esfuerzo o práctica espiritual) preliminar. Swami no va a decir que los templos o lugares de culto, los altares o santuarios en donde Dios sea invocado y adorado, son un error o una futilidad. Hasta que no hayan aprendido las letras del alfabeto, las ilustraciones serán necesarias para los infantes. La letra 'A', por ejemplo se aprende en asociación con 'árbol' del que hay un dibujo impreso. Mas eso no quiere decir que uno esté limitado a recordar al árbol cada vez que deba pensar en la 'A'.
Si se rodearan con la tenue malla de "Pensar en Dios", no les podrán acosar los fatales mosquitos del deseo y la desconfianza. Ese velo les asegurará salud, como inmunidad frente a enfermedades. Gozarán de una tranquilidad sin perturbaciones, sin nada que anhelar y nada que temer. Amarán a toda la creación de Dios, aceptarán gustosos las oportunidades para servir y para atenuar el sufrimiento de otros.
Swami llama a adherir a un nuevo rito – el seva (servicio desinteresado), un nuevo yagna (sacrificio del ego), un nuevo ritual de culto, una amorosa y total entrega, una dedicación de todo pensamiento, palabra y acción a los Pies de Loto del Señor, y la aceptación de todo lo que suceda como dones de Gracia Suyos.
Los antiguos sabios comenzaban por considerarse a sí mismos como servidores de Dios y alcanzaban a lo Divino a través del servicio.
Manténganse en contacto perpétuo con Dios – velen por que el tubo que lleva a la conexión que ustedes son, esté adherido al depósito de Su Gracia. Sin esa concienciación de la presencia constante. cualquier servicio que le presten a otros será seco y estéril. Dénse cuenta de esto y, entonces, cualquier acto de servicio, por pequeño que sea, rendirá abundantes frutos. Las manos y los pies de Dios están en todas partes. Los ojos, la cabeza y el rostro de Dios están en todas partes. El oído de Dios está en todo el Universo. Él permanece, englobándolo todo.
(Sin embargo, puesto que la vista se ve menoscabada por la duda, el orgullo o el prejuicio, no ven a Dios, quien está tanto dentro como fuera de ustedes. Anhelan una cosa que no es – ignoran al tesoro que está a su alcance. Juran que no hay pájaro alguno en su mano – luchan por los pájaros que, según creen, les están esperando en el matorral. El pájaro en el matorral no es más que la imagen del que tienen en la mano, mas ustedes no se dan cuenta de esta verdad. Tienen fe en los sentidos y en el conocimiento que acopian; tienen fe en los caprichos y fantasías de su mente; tienen fe en los silogismos de su razón; mas no tienen fe en Dios porque Él no puede ser encontrado ni asegurado por ninguno de ellos. Y, por ende, temen, se afligen y dudan).
Actualmente, muy pocos cumplen correctamente sus funciones. Hay demasiada palabraría y muy poca acción. Cada cual debiera cultivar la noción de ser primordialmente, un servidor y un "trabajador". A nadie se le exige esforzarse más allá de su capacidad. Existe la dorada posibilidad de realizar al Divino omnipresente a través del servicio. Dedíquense al servicio con un corazón puro – esta es la senda de la devoción.
Sankaracharya, quien era un auténtico exponente del Adwaitha (no dualismo), compuso el Bhaja Govindam para enfatizar la grandeza del Bhakthi marga (la senda de la devoción) que se basa en el dualismo. El mérito sin igual de la devoción fue ensalzado por Narada (el sabio y bardo) en sus Bhakthi Sutras.
Krishna utilizó a Arjuna como instrumento para poner en escena Su representación Cósmica. Hoy en día, Swami está dirigiendo Su obra con una cantidad de miles de Arjunas. "Sé sólo Mi instrumento, o Arjuna".
Un ser humano no puede llevar a cabo tarea alguna sin concentración. Para conducir un coche, tornear un pote de greda, tejer un diseño, desmalezar un terreno – todas las tareas requieren de una atención concentrada. Para caminar por la carretera de la vida que está llena de baches y desniveles, para hablar con los congéneres con sus múltiples temperamentos, todo requiere concentración. Los sentidos han de ser refrenados para que no puedan distraer o perturbar; el cerebro no ha de descuidarse; las emociones no deberán colorear ni difuminar los objetivos que uno busque. Esta es la manera de tener éxito en la concentración.
Ejerciten esta concentración de su realidad cada día ya sea en el dhyana (meditación) o en el yoga-dhyana (yoga de la meditación). Sigan la misma rigurosa rutina cada día – sin cambiar la hora, el lugar, la duración, el método, la postura. De esta manera será fácil atenuar y dominar los factores perturbadores. Como lo dijera Ramakrishna, no caven hoyos de unos cuantos centímetros de profundidad en diferentes lugares, para quejarse luego que no han encontrado agua. Caven en un sólo lugar, de manera constante y con fe.
Otro punto de vista es, ilustrativamente, que el corazón es el bol, la inteligencia es la espátula batidora, el sadhana (disciplina o ejercicio espiritual) es el proceso del batido y la realización es la mantequilla obtenida.
(Si arguyeran que no les queda tiempo libre para japam y dhyanam, no será sino pereza lo que les haga buscar excusas).
El Yoga y/o el Dhyana-Yoga sirven para aquietar todas las agitaciones en el lago de la conciencia interna de uno. Nada debiera generar una ola de emoción o de pasión sobre la quieta superficie o las calmas profundidades de nuestra concienciación. Este estado de serenidad anímica representa la característica del jnana (sabiduría espiritual). El sadhana es el medicamento y la indagación es el régimen que podrá curar al ser humano de toda indocilidad y agitación.
Cuando sientan que son todo Luz, no tendrán peso; todo será luminoso. (Pueden muy bien tener otras cosas, además de la Luz, para vencer a la oscuridad). Cualquier cosa que despierte la conciencia de lo Universal – el infinito, inmanente, trascendente, omni-saturante, vasto, Brahman – será beneficiosa. Pueden pensar en alguna Forma de lo Universal, como Krishna, cuyo color azul sugiere lo vasto de las profundidades del cielo o el mar. Contemplen en esa Forma, imagínenla mentalmente, pasen lentamente el tiempo, concentrados en esa sagrada imaginería... (Su atención se alejará vagabundeando en las etapas iniciales, pero esto no debe descorazonarles). Se trata de un ejercicio muy provechoso para sublimar sus pensamientos y sentimientos. Cada minuto pasado en este dhyana les acercará un paso más a liberarse de la servidumbre.
De modo que manténganse conscientes : "Estoy en la Luz. La Luz está en mí. La Luz es yo. Yo soy la Luz". El individuo que haya realizado esta verdad se hace uno con Brahman y alcanza la paz mental.
El ser humano está dedicado perpétuamente a buscar la paz. Quien busque la paz no habrá de buscarla en matham (la religión), sino en manam (la mente). La búsqueda de la paz en lo externo es la causa para toda la agitación en el mundo. La Paz deberá instalarse ante todo en el Sí Mismo de uno. (No obstante, actualmente el conflicto y el desorden se expanden desde el individuo a la familia y se extienden desde ahí incluso hasta la nación.)
Deben convertirse en mensajeros de la paz – y deben comenzar consigo mismos. Pueden lograr paz a través del servicio. Entonces, habrá paz mental. Una mente apacible es la morada del Amor Divino. En el ser humano, empero, el Amor ha de ser fomentado por sraddha y prema (servicio dedicado y amor puro). Un ser humano que haya saboreado la inmortal dulzura del Amor Divino no deseará nada más en el mundo.
A través del Amor, hemos de desarrollar el espíritu de thyaga (sacrificio) y avanzar hacia el Yoga (la fusión en lo Divino). Cuando renuncien a lo que haya que renunciar, cuando sepan lo que haya de ser sabido y lleguen a lo que debiera ser su destino final, experimentarán la dicha de Brahman. Habrán de desechar el apego a las cosas mundanas. Habrán de conocer las verdades básicas de la vida. La meta es la unidad con lo Divino. En esto radica la dicha de la inmortalidad.
El Cosmos no puede existir aparte de lo Divino y, por consiguiente, aparte del Amor Divino. Lo Divino no puede divorciarse del Cosmos. El devoto crea su propia imagen de Dios – Dios crea a los devotos. La creencia común es que todos los seres, incluyendo a los devotos, son creados por Dios. Mas esto no es toda la verdad. También el devoto, a través del sadhana espiritual crea a Dios – ese es el significado del término Sakshatkara (experiencia directa de la Forma Divina).
¿De dónde proviene esta Forma Divina? Viene del intenso sentir del devoto anhelando la visión directa de Dios. Es una necedad para cualquiera el ir en busca de Dios. Siendo que Dios es omnipresente, ¿qué necesidad habría para una búsqueda? Es un engaño el imaginar que el humano anda en busca de Dios – es Dios quien está buscando a un genuino devoto.
El ser humano ha de reconocer que Dios es uno, aunque pueda ser adorado con muchos nombres. Para esto existe una ilustración práctica. Un devoto coloca frente a sí un ídolo de Krishna y lleva a cabo el Sahasranama Archana, recitando los mil nombres del Señor. Los nombres son muchos, mas el Dios que es adorado es uno solo.
(Cuando uno bucea en el mar, sea cual sea el lugar, estará buceando en la totalidad y no en una fracción, puesto que el mar es el mismo en todas partes. Uno no podrá separar al mar en secciones trazando líneas en él – sumérjanse en cualquier parte. Respecto de lo Divino, uno se estará sumergiendo en una y la misma Bienaventuranza).
[Recopilación de Reet de : Discursos Vol. 7, caps. 4 y 30; Vol. 11, cap. 13; Vol. 20, cap. 30; Vol. 24, cap. 15]
Namaste - Reet
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Enviado por Luis Tovar, México
Traducido por Herta Pfeifer,
Santiago, octubre 2006
Swami enseña ...
'BRAHMAVIDYA' Y LA FUENTE INTERIOR;
LAS DIECISEIS POTENCIAS HUMANAS – PARTE II
Hay tres etapas en la vida espiritual :
1. Jijnasu – el buscador, curioso, inquisitivo, serio, sediento, entusiasta.
2. Mumukshu – el sadhak firme, recto, aveturero, audaz. Aquel que desea la liberación.
3. Abhimukha – la persona realizada, cara a cara frente a la Realidad, fuerte, inteligente, buena, entregándole Amor a todos.
El temperamento lerdo e inerte lleva al humano a la indolencia y la esclavitud; el temperamento apasionado le incita a las facciones, la competencia, el conflicto; el temperamento equilibrado, sereno, uniforme le lleva a la paz, a la justicia, al amor y a la verdad. Superando los temperamentos con el desarrollo del sadhana, uno deberá descubrir la Verdad acerca de sí mismo y los demás, vale decir, a Dios.
Cada individuo es una chispa del resplandor de Dios; Dios está danzando en cada célula de cada ser – no lo duden, no lo ignoren, ni lo discutan. Esta es la Verdad – esta es la entera Verdad, la única Verdad. El Universo es Dios – Loka es Lokesha.
(El huir del lugar al que hayan sido asignados será infructuoso. Podrán estar dedicados a cualquier profesión, empleados en cualquier cargo, porque todas las profesiones son Suyas, todos los empleos son Suyos. Él es el Patrono Universal, el Proveedor Universal. Y cuando se acumulan los problemas o se enfrentan a desilusiones, agradezcan el temple que le agrega a su carácter esta prueba que tienen el privilegio de enfrentar. Mantengan la calma cuando el enojo trata de inflamarles. ¿Cómo podrían apagar el fuego con fuego? Razonen y convénzanse que la tolerancia, la paciencia, el amor y la dulzura son lo únco que puede asegurarles la paz, tanto a ustedes como a la sociedad.)
Sathyakama (noble ermitaño hijo de Jabali) fue donde Pippalada (antiguo sabio famoso por sus penitencias; gran preceptor en conocimiento espiritual) y le preguntó, "Hay tres tipos de conocimiento en este mundo. Uno es el de tipo común. El segundo se denomina sujnana (conocimiento correcto, capacidad de distinguir lo justo de lo injusto). El tercero es llamado vijnana (conocimiento superior). ¿Qué diferencia hay entre los tres?"
Pippalada dijo, "Hay una diferencia considerable entre el conocimiento común y el sujnana y el vijnana. El conocimiento común es el que se logra a través del cuerpo. El Sujnana es el que se consigue a través de la mente. El Vijnana es el conocimiento logrado desde el corazón. Ves varios objetos como una mesa, un vaso etc. – el conocimiento logrado al percibir objetos, es el conocimiento común. El sujnana se relaciona con la mente – al llevar a cabo cualquier acción, cuando uno considera que lo que hace es beneficioso para otros, el conocimiento sobre el que se base esa acción será el sujnana. Basadas en estos dos tipos de conocimiento, las acciones que se acuerden con la conciencia de uno y que se lleven a cabo para propiciar a Dios, constituyen acciones basadas en el Vijnana (el más alto conocimiento)."
Cuando el sabio Pippalada le estaba explicando esto, Sathyakama se levantó e hizo otra pregunta, "¡Swami! Todas las escrituras han declarado que existe un Purushothama (el Más Alto de todos los seres) el cual posee el total de las dieciseis kalas (potencias). ¿Quién es este Purushothama? ¿Cuáles son estas dieciseis kalas? ¿En dónde están presentes?"
Pippalada respondió sonriendo, "Este Purushothama que personifica las dieciseis potencias no habita en ningún punto en particular. Está en cada ser humano y experimenta dicha en forma de conciencia. Es Sat (Ser), Chit (Concienciación) y Ananda (Dicha). Sat significa que Él se mantiene como una entidad invariable. Chit se refiere a aquel que indica Paripurnatwam (Concienciación total). La unidad de Sat y Chit es Ananda. Aunque Sat y Chit tienen apelativos diferentes, su concepto es uno solo y el mismo – son como el ojo derecho y el izquierdo de un ser y no están sino aparentemente separados entre sí."
De modo que la respuesta a la pregunta de Sathyakama referente al Purushothama es que no hay un lugar un lugar separado en el que resida el Supremo. Es a través de las acciones de uno que uno llega a convertirse en un Purusha o un Purushadhama – un ser Divino o uno despreciable. Son las acciones de uno las que llevan a una persona hasta grandes alturas o la arrojan a las profundidades.
Las escrituras han declarado que alguien que posee en pleno los dieciseis kalas (potencias) es Purushothama (Persona Suprema). El término se aplica a los Avatares (encarnaciones Divinas) quienes las utilizan en beneficio de otros. No hay Avatar alguno, ya sea en Bharat o en otra parte, que haya usado alguna vez los cinco elementos, los cinco sentidos, los cinco aires vitales o la mente para cualquier propósito egoísta. Incluso cuando actúan en la vida diaria como otros seres comunes, demuestran su pureza y su verdad invariable en cada uno de sus actos. (La gente común no reconoce esta verdad).
Después de esta explicación, Pippalada siguió para señalarle a Sathyakama la unidad básica entre lo eterno y lo transitorio. Dijo que la substancia densa es Kshara (perecedera o destructible).
Lo relacionado con la vida es Kshara. Akshara se relaciona con Dios.
El término Akshara lo engloba todo. La palabra comprende dos términos : A + Kshara. "A" representa lo que es Anantha (infinito) y Aprameya (inconmensurable), Anandamaya (lleno de Dicha). Ello es el Atma, el Sí Mismo Eterno. Kshara representa lo que es impermanente, ilusorio y perecedero. Akshara es la combinación de lo eterno con lo evanescente, de lo imperecedero con lo perecedero. Akshara tiene un doble sentido. Indica la presencia del Cosmos impermanente dentro del Omni-Sí Mismo eterno.
Todo el Cosmos, consistente de objetos movibles e inmóviles, emanó desde el Akshara (el Supremo Imperecedero). Todo lo que proviene del Akshara posee los atributos del Akshara. Al provenir del Akshara y ser sustentado por el Akshara, en último término, todo se funde de nuevo en el Akshara. El Akshara es la expresión unificada del Cosmos. Es la unidad de lo Eterno y lo efímero.
Pippalada le pidió a Sathyakama que reconociera la unidad de Kshara y Akshara. "Sólo cuando reconozcas su unidad serás capaz de hacer uso de los dieciseis kalas", le dijo.
(En lo concerniente a los dieciseis kalas, los Sastras, Puranas y las Epopeyas han causado confusión en la mente humana al entregar interpretaciones variadas y engañosas. Estos dieciseis kalas no existen en algún lugar separado desde donde puedan ser obtenidos).
Están los Pancha Bhutas (cinco elementos) los elementos básicos – Akasa (espacio o éter), Vayu (aire), Tejas o Agni (fuego), Appu o Jala (agua), Prithvi (tierra).
Están los Pancha Pranas , los cinco aires vitales – Prana (aliento vital, fuerza vital, energía vital), Apana (el aire descendente que sale por el ano), Samana (aire digestivo, respiración pareja), Udana (respiración que se mueve de la garganta hacia arriba) y Vyana (aire vital que se difunde por todo el cuerpo). Hay varios millones de nervios en el cuerpo humano. El aliento vital Vyana trasmina todo el sistema nervioso. (Se debe a la penetrante presencia de este aire vital divino en todos los nervios que se mantiene la salud del cuerpo). Contribuye también a la experiencia de felicidad. La presencia del Vyana en el Sahasrara (el Loto de mil pétalos en la coronilla del cráneo, Chakra al que llega la cabeza de Kundalini) responde por la inteligencia del ser humano. Cuando el Kundalini-shakthi (la energía de Kundalini) asciende desde el Mooladhara (Chakra situado en la base de la columna vertebral) hasta el Sahasrara, hay un florecimiento de poderes en el humano. Los antiguos sabios fueron capaces de controlar el poder de Kundalini para grandes propósitos.
Hay cinco Jnanendriyas, órganos de la percepción – los ojos, el oído, la nariz , la boca y la piel (ver, escuchar, oler, hablar y tocar son las facultades de dichos órganos). Con estos cinco llegamos a un total de quince. Está, además, la mente y, con ella tenemos los dieciseis kalas.
¿Quién es un Purusha y quién un Purushothama? Sólo aquellos que gozan de estos kalas en toda su plenitud y pureza, hacen un correcto uso de ellos y experimentan la bienaventuranza de esa plenitud, han sido descritos con estos apelativos.
El cuerpo es llamado Pura (una ciudad). La conciencia Divina que trasmina por entero al cuerpo de la cabeza a los pies, es denominada Purusha. El individuo que experimenta esta conciencia y manifiesta la individualidad, también es llamado Purusha. El Divino Poder que trasmina todo el Cosmos por igual, que resplandece por igual en todo y que proclama Su omnipresencia es llamado Purushothama. De modo que en el individuo este poder es conocido como Purusha y en la manifesación cósmica se describe como Purushothama.
Ha sido repetido muchas veces, en diferentes circunstancias, que hay cuatro constituyentes en cada individuo : el cuerpo, la mente, la inteligencia (buddhi) y el Atma.
El cuerpo es el instrumento para cumplir con los deberes de uno (dharma-sadhanam). El cuerpo sólo puede actuar a través de los impulsos de la mente, mas es la mente la que goza de los resultados de estas acciones.
Sin embargo, la mente deriva sólo un placer momentáneo de las acciones de los sentidos. Por ejemplo, cuando uno tiene hambre, la mente se satisface cuando el hambre es calmada por unos momentos cuando se come algo.
Más allá de la mente está el buddhi (inteligencia), el que posee el poder de discriminación – señala lo que es saludable y lo que es indeseable o malo para el cuerpo. Cuando la mente es guiada por el buddhi, experimentará una alegría genuina.
Cada acción que se lleve a cabo debiera estar precedida por una indagación en cuanto a que sea conducente a buenos o malos resultados. Cuando no se ejerce la discriminación, la mente, por así decir, se vuelve ciega.
Es el Atma el que anima al cuerpo e ilumina la inteligencia. Aquel que se identifica con el cuerpo se pierde en placeres carnales. El que se identifique con la mente experimenta un goce sensorial. Aquel que base su vida en la inteligencia logra una satisfacción intelectual. Únicamente la persona que base su vida en el Atma podrá experimentar Ananda (dicha pura). La visión átmica es la concienciación que no puede lograrse a través del estudio de las escrituras.
Si desean hacer un uso sagrado de las dieciseis potencias, dirijan su visión hacia el Atma y no dependan de los ojos. Mantengan la convicción que se debe al espíritu interno el que puedan ver con sus ojos y escuchar con el oído. Sus órganos de percepción pueden funcionar debido a la existencia del Prajna (la Conciencia Interna). Todo lo que es percibido en el mundo externo es la manifestación Cósmica llamada Viswam. Todo lo que se experimente en el estado onírico y en sueños es debido a Prajna (la Conciencia Divina).
Deberán divinizar todo lo que vean o verlo a través del prisma de la espiritualidad – entonces, todo adquirirá plenitud y unidad.
Por ejemplo, existen muchos ríos con diferentes nombres y formas. Mas, cuando se sumen en el océano, sus nombres y formas desaparecen – se hacen uno con el océano. De manera similar, los cinco elementos, los cinco aires vitales y los cinco órganos de la percepción vendrían a ser todos ríos diferentes. La mente es un río poderoso. Cuando las aguas que fluyen en estos dieciseis se funden en el Atma, pierden sus nombres y formas separados y alcanzan el principio-Prajna del Atma – de este modo se vuelven puros, inmaculados, inalterables y eternos.
¿Cómo alcanzar hasta el estado de la plena utilización de estas dieciseis potencias, de sentirse feliz y gozar de paz mental?
El movimiento primordial del hombre es karma (actividad, acción). El movimiento resulta en energía y la materia, gráficamente, no es otra cosa que energía condensada. El éter, el aire, el fuego, la tierra firme, el agua – son todos tanto causa como consecuencia de este movimiento incesante. Todas las cosas que se mueven, son activas, comprometidas en el karma. Vivir es cambiar, moverse; puede que uno no mueva el cuerpo entero o ninguna de sus partes, aunque de todos modos se está produciendo movimiento en uno – está siendo digerido el alimento, está circulando la sangre, se está inhalando, analizando, absorbiendo y exhalando aire, se están recibiendo, resistiendo, entregando o rechazando impresiones.
La vida es karma; el cuerpo es un karma-kshethra (campo de actividad). Todos los seres vivientes están comprometidos en el karma ofrendándose a sí mismos en un rito sacrificial de incesante actividad. (Swami no recomienda renunciar al karma, puesto que es imposible).
Tres de los Vedas (Rig, Athar, Yajur y Sama Veda) le rinden homenaje en sus diferentes himnos a las letras del Pranava. Para experimentar la verdad que subyace al Pranava, hay tres sendas que guían hacia la Autorrealización y muestran el camino para utilizar estas dieciseis potencias.
1. Nama-chintana (meditación en el Nombre Divino). Al meditar en el Nombre del Señor, se pueden disfrutar los placeres mundanos. Ellos son transitorios, irreales y momentáneos, mas estos efímeros placeres se logran en el mundo terrenal al recitar el nombre del Señor.
2. Bhava (éxtasis interno). Bhavam se relaciona con la conciencia que surge de la realización que existe un poder supremo que gobierna la totalidad de la creación – los objetos móviles e inmóviles en el Cosmos. Cuando esa conciencia se lleva a ser la base para toda la vida de uno, al mantenerse en dicha conciencia un individuo alcanzará el Chandra-loka (la región del Dios Lunar). El darse cuenta que en la base del mundo fenoménico denso existe un poder sutil es, por sí mismo, un gran progreso en Bhavam (conciencia). Al lograr esta conciencia, el humano disfrutará la soberanía de la mente en el Chandra-loka.
3. Sadhana (disciplina espiritual). A partir de estas experiencias, el humano progresa a través de varios ejercicios espirituales y alcanza al Suvarloka (región del Sol). La región Solar, compuesta de Vijnana y Prajnana (conocimiento físico y espiritual) es la Conciencia Cósmica misma – es el ámbito de Divya-drishti (visión Divina). Aquel que llega a alcanzar esta región disfrutará la suprema paz de la Conciencia Cósmica Unificada.
Los Bhuloka, Bhuvarloka y Swarloka son expresiones de los tres sonidos A-U-M en el mantra Pranava, OM. Del Bhuloka (mundo físico) y del Bhuvarloka (la región Lunar) se dice que son Aparabrahma (regiones no relacionadas con el Sí Mismo Supremo – Parabrahma). El Swarloka (plano celestial, cielo) se relaciona con el Parabrahma. El Bhuloka es denso, el Bhuvarloka, sutil – el cuerpo es denso, la mente, sutil – ellos se relacionan con el cuerpo y la mente. El Swarloka se relaciona con el estado Atmico. A través de Nama-chintana, el Bhavam y el Sadhana, el humano puede alcanzar a los tres mundos. Cuando combina las tres prácticas, puede lograr, además, el Paramashanthi (La Paz Suprema).
No deben descorazonarse cuando no llegan a experimentar rápidamente la visión Divina. En esta situación, dejen que su mente se centre en el esplendor del Atma y su majestad. – eso les mantendrá alerta y animosos. Las travesuras de los sentidos y de la mente pueden controlarse mediante el látigo del Atmajnana (la sabiduría del Sí Mismo verdadero).
Eviten reflexionar acerca de sus aflicciones o pesares. Cuando la mente está desvinculada de los altibajos de la vida, mas es capaz de mantener la ecuanimidad en toda circunstancia, entonces hasta la salud física podría asegurarse. El firmamento mental deberá ser como el cielo que no muestra marca alguna del paso por él de los pájaros, los aviones o las nubes.
(Recopilación de Reet de Discursos Vol. 7, caps. 4 y 30; Vol. 11, cap. 12; Vol. 20, cap. 30; Vol. 24, cap. 15)
Namaste - Reet
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Enviado por Luis Tovar, México
Traducido por Herta Pfeifer,
Santiago, octubre 2006