A un abuelo de setenta años le preguntó su nieto de siete años: "Abuelo ¿cuántos años tienes?" El anciano replicó "Dos". El niño quedó sorprendido, parecía el retrato mismo de la duda. El anciano explicó: "Pasé los dos últimos años en compañía del Señor - antes, estaba sumergido en el pantano de la búsqueda de placeres." Sólo cuentan como vida los años que vivas con el Señor; los demás no son dignos de ser contados. Todo ese dinero, propiedades y fama no son más que para un fugaz momento. Cultiva el apego al Señor, quien estará contigo dondequiera que vayas.
- Divine Discourse, Oct 10, 1964. |