Cuando saludan a alguien, comprendan que se están saludando a ustedes mismos. Ese "alguien" no es más que el propio reflejo de ustedes. Vean a los demás como ven a su propio reflejo en el espejo. Si están rodeados de espejos, ven una cantidad de reflejos. Los reflejos son muchos, pero la persona es una. Las reacciones, reflejos y resonancias son muchas, pero la realidad es una sola. Los nombres y formas pueden ser diferentes, pero todos los seres son parte del mismo Principio Divino. La Divinidad es el principio subyacente en la aparente multiplicidad de este mundo. Cuando hablo aquí, Mi voz se oye a través de todos y cada uno de los parlantes en este salón. De la misma manera, en nuestros corazones existe el principio de la unidad, el cual tenemos que reconocer. |
- Divine Discourse, May 13, 2006. |