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En una gran concurrencia, la gente habla muchos idiomas. Cada persona comprende sólo su idioma, y quiere que se le hable sólo en ese idioma. Pero hay un idioma del corazón, que todos pueden comprender y todos quisieran oír. Ese es el idioma que Yo hablo, el idioma que va desde Mi corazón hasta el de ustedes. Cuando el corazón habla al corazón, es el amor lo que se transmite, sin reserva alguna. Pruebas, agitación y emociones - estas son constantes para toda la humanidad. El corazón sensible las escucha con simpatía y responde con amor. Todos están ansiosos por ser felices; todos quieren trabajar menos y ganar más, dar poco y obtener abundantemente; pero nadie experimenta con el otro método, es decir, desear menos y dar más. Cada deseo es un grillete que entorpece el movimiento, un impedimento en el pie. Reduzcan los deseos, vivan simplemente; ese es el camino a la felicidad. |
- Divine Discourse, 15 May 1969. | |