El cuerpo no es sino un instrumento para un alto propósito, la realización del esplendor divino que llena el Universo, de los cuales usted es una fracción. Utilice todos los talentos de sus sentidos, la inteligencia y la memoria para este objetivo. Transfórmate y sublima tus deseos. Que los propósitos más nobles y elevados siempre te guíen y hagan caso omiso de los más bajos propósitos. Al igual que el burro que lleva la madera de sándalo, sin saber nada más de su peso, usted también lleva la carga de las preocupaciones mundanas, sin ser consciente de la fragancia que se puede obtener de la carga que lleva en su espalda. Los sentidos lo arrastran lejos del propósito más elevado, pero mantenerlos bajo control estricto por un riguroso entrenamiento. Sin el dominio de los sentidos, todos los cultos rituales elaborados, las horas de intensa meditación y los votos que se observan no dan fruto - Divine Discourse, Mar 31, 1965. |