El oído llena la cabeza. La cabeza dirige al brazo y el brazo actúa. Por ende, escuchen cosas buenas, hagan cosas buenas y compartan cosas buenas. Eso genera alegría y contento. Hablen suave, bondadosa y amablemente; eso es Dharma (rectitud). Donen generosa y sabiamente. Sequen las lágrimas y mitiguen los suspiros y los gemidos. No le lancen simplemente dinero a los necesitados – donen con afabilidad y humildad, respeto y reverencia. Traten de convivir armoniosamente con otros. No juzguen a los demás por sus vestimentas o aspecto externo. El alimentar enojos u odiosidades en su corazón es como cargar con una vasija llena de agujeros para traer agua. Descarten la ira, el odio, la envidia y la codicia. Para lograrlo, apóyense en el Nombre del Señor; ello ciertamente les ayudará. - Divine Discourse, Mar 30, 1965. |