El nacer como un ser humano es un gran golpe de suerte. Porque únicamente los seres humanos pueden alcanzar el status de lo Divino al reconocer la realidad de su ser. Ningún animal ni ave puede lograr ese nivel de realización. Sería en verdad trágico el que en lugar de valorar la oportunidad y de utilizarla, sea desperdiciada y fenezca sin que se perciba la luz interior. Nacen como consecuencia de las actividades a las que se dedicaran en sus nacimientos pasados. Entiendan claramente que en asuntos espirituales, la fe constituye el requisito básico para el progreso. Su fe ha de ser cuidadosamente guardada. Entréguense al Señor que les es más próximo que sus propios padres. No se entreguen a nadie más. No permitan que su fe vacile ante cada pasajera ráfaga de viento. Su deber es el de seguir sus prácticas espirituales aferrados al crisol de su propia experiencia, sin parar mientes en lo que otros puedan decir. | | | |
- Divine Discourse, May 23, 1966. |