La escolaridad no se requiere meramente para alimentarse y disfrutar, para ganarse la vida y para gozar del tiempo libre. Su verdadero propósito debiera ser el de activar las cualidades de la sabiduría en acción, el desapego y el poder de discernimiento (Viveka, Vairaagya y Vichakshana). La educación representa la raíz y su fruto debieran ser las virtudes. Cada escuela debe transformar a sus alumnos en ciudadanos, dignos de la valiosa herencia y la riqueza espiritual del país. De lo contrario, toda escolaridad será una pérdida de tiempo y dinero. Las escuelas son los templos de la Diosa de la Sabiduría la que le otorga a cada niño el saber para llegar a captar la Verdad Última y para adquirir el conocimiento que disipe para siempre la ignorancia. La escuela debe facilitar esto y asegurar estabilidad en todos los alumnos para que practiquen las virtudes de la Verdad, la Rectitud y la Paz a través del florecimiento del Amor.
- Divine Discourse, Apr 18, 1966. |