| ¿Para qué desperdiciar precioso tiempo en comentarios escandalosos y críticas sobre la conducta de otros? El cultivar la envidia, la malicia, el odio y el enojo contra otros es un pernicioso pasatiempo que se vuelve en contra de uno mismo. En cada uno reside la misma chispa divina; por ende el juzgar al prójimo equivale a juzgar a la Divinidad. El juego de la vida vale la pena ser jugado y se vuelve interesante únicamente cuando existen normas y reglas que lo limitan y controlan. Imaginen un partido de football sin reglas ni limitación alguna – sería un caos; sería una lucha libre, un motín. Nadie podría decir quién gana ni cómo. La senda de la conducta correcta (Dharma maarga) representa los límites del campo en el partido de la vida. Juéguenlo prestando atención a las advertencias de 'jugada prohibida' y 'fuera de juego', y permitan que sus virtudes ganen por sobre las tendencias viciadas dentro de sí mismos. | | | |
- Sathya Sai Speaks, Vol 6, Ch 13. |