Una vida virtuosa, pensamientos benéficos, ideas inspiradoras y recta conducta, pueden conferir no sólo buena salud, sino lo que es más precioso, Atmananda, la extasiada percepción de la Realidad misma. Cuando ansiamos la felicidad y prosperidad de toda la Humanidad, somos bendecidos con la sabiduría y la fuerza para señalar el camino, y conducirles hacia el mismo. Vemos en todas las personas al Dios de nuestra elección. Cada uno de nuestros actos es tan puro, sincero y sagrado como una ofrenda a Dios. Una manera muy efectiva de conquistar todas las fuentes de enfermedad física y mental, es tomar conciencia de nuestra realidad divina (Átmica). Eso produce un fuerte aumento del Amor y la Luz, pues cuando reconocemos que somos el Atma, podemos ver a la misma Atma en todos, y compartir la alegría y la pena, la fuerza y la debilidad de todos. |
- Divine Discourse, 20 Nov 1982. |