Para poder experimentar los aspectos de conocimiento y bienaventuranza, debemos proteger nuestro cuerpo, mente y vida. Consideren este ejemplo: almacenamos valiosas joyas y gemas en nuestras casas, en una caja fuerte de hierro relativamente barata para protegerlas. El gabinete de acero o una caja fuerte de hierro no tienen valor en comparación con las joyas, pero son lo suficientemente buenos para protegerlas. Así también, nuestro cuerpo es como la caja fuerte de hierro sin valor. En este cuerpo sin valor, perecedero, Dios ha guardado para protección, cosas muy valiosas como el conocimiento y la bienaventuranza. Todos somos conscientes de que las joyas valiosas no pueden estar protegidas por una caja de oro valiosa, ya que la propia caja puede ser robada con las joyas en un abrir y cerrar de ojos. Así pues, es natural proteger objetos de valor en una caja sin valor que no atraerá la atención. Por lo tanto, para llegar al reino del conocimiento, la bienaventuranza y la felicidad, es necesario velar por el bienestar de la carcasa exterior a saber, el cuerpo, la mente y la vida. - Summer Showers in Brindavan, Ch 3, 22 May 1973. |