El controlar la mente, el restringir los sentidos, el trascender las dualidades mundanas, el autocontrol, la fe inconmovible y la ecuanimidad son las virtudes principales que deben existir en un auténtico aspirante espiritual. Debe haber además un intenso anhelo por la liberación (moksha). Esta no puede surgir de las riquezas ni de la erudición. Tampoco de la progenie, los ritos recomendados en las Escrituras, ni los actos de caridad. Moksha sólo puede provenir de la conquista de la ignorancia (ajnana). Una persona puede dominar todas las Escrituras, junto con todos los doctos comentarios escritos por los expertos acerca de ellas, o propiciar a los dioses ejecutando las ceremonias y modos prescriptos de adoración. Pero esto no puede otorgar el beneficio de la liberación. Es como una persona que tiene todos los ingredientes necesarios para cocinar, pero no dispone de fuego; ¿podrá preparar la comida? Solo el éxito en adquirir el conocimiento de uno mismo puede conferir la salvación. - Sutra Vahini, Ch 1. |