No debes orar a Dios buscando algún favor. La razón es que nadie conoce qué tesoros inmensamente preciosos, divinos y magníficos hay en la caja fuerte de la Gracia Divina. Nunca puedes saber lo que Dios tiene intención de darte, o desea darte, a ti, Su devoto. En tal situación, si pides cosas triviales e insignificantes, estás deshonrando Su herencia divina. Por lo tanto, no busques de Dios pequeñas baratijas, ni las desees, ni ruegues por ellas. Más precioso y deseable que cualquier otra cosa es el amor de Dios. Por eso la Madre Meera cantó: "Oh, corazón, bebe el néctar del amor divino". Si debes pedirle algo a Dios, ora así: "¡Oh, Señor! Permíteme tenerte a Ti, y nada más". Una vez que hayas obtenido al Señor, podrás lograr cualquier cosa que desees. Si puedes tener el precioso amor divino, ¿por qué anhelar nada más? - Divine Discourse, 9 Oct 1989. |