"Las Tres Etapas en la Vida"
"Considera el siguiente ejemplo. Suponte que han llegado algunos mangos al mercado y que los mangos son las frutas que más te gustan. Puede que haya una clase de mango en particular que especialmente saboreas y apeteces. Y un amigo te informa que esa clase de mango que te gusta tanto lo está vendiendo. En el momento que escuches eso tienes cierta clase de satisfacción, estás feliz y piensas acerca de los mangos, inclusive aunque todavía no los hayas adquirido ni probado.
En el momento que te dan la noticia, te apuras para ir al mercado a ver si todavía están a la venta o ya los vendieron todos. Sí, están ahí. Ahora, compras una buena cantidad de ellos. Y todavía eso te da más satisfacción. Pero inclusivo hasta ahí no estás completamente feliz. Entonces, pones los mangos en tu bolsa y los pagas. Más tarde, llegas a la casa pensando en tu fruta, y la suerte que has tenido en encontrar los mejores, pensando en comértelos.
¿Por qué has pasado tanto tiempo pensando en ellos? Porque tienes un apego extraordinario por esas frutas y tus acciones van hacia ellas, y él obtenerlas es una prueba del amor o el deseo fuerte que tienes por ellas.
Tú puedes obtener un gran goce cuando ese sentimiento que has experimentado en tu interior toma forma y lo puedes ver externamente. Verdaderamente, todo lo que ves en el exterior de ti, es siempre una reflexión de tus pensamientos internos. Cuando tienes un deseo suficientemente fuerte, manifestarás externamente, lo que deseas tan fuertemente en tu interior.
Tu deseo por los mangos te trajo al mercado. Ahora los compraste y los has traído a casa. Los lavas bien y los pelas. Entonces comienzas a comértelos con gran gusto y anticipación. A medida que los consumes, gozas enormemente del néctar jugoso de esas sabrosas frutas. Pronto, el jugo no estará ya más en el exterior, sino que será parte de ti. Con eso obtienes un gozo inmenso, y te sientes completamente deleitado.
¿Cuál es la razón para tal deleite? Recapitulemos el proceso. Primero llegas a conocer que esa fruta en particular que te gusta tanto está disponible en el bazar. Eso es conocer. Después de haberlo oído, no te disgustaste sino que desarrollaste un deseo para obtenerlas y disfrutarlas. Fuiste al bazar con un deseo intenso, esperando encontrar las frutas allí. Finalmente las encontraste y examinaste cuidadosamente. Ese es la etapa de la visión. Después que ves las frutas, las adquieres y te las comes. Esta es la etapa de entrar y llegar a ser UNO con el objeto de tus deseos.
¿Tienes tú esos sentimientos intensos por Dios? Ese es el deseo que realmente debes desarrollar. Después de escuchar un número de discursos o charlas o sermones, después de leer muchas escrituras, después de saber que Dios existe y después de haber pasado mucho tiempo adorándolo, tendrás que desarrollar un intenso anhelo para verlo, de otra forma, todos tus esfuerzos serán en vano. Tienes que luchar fervientemente, haciendo todo esfuerzo externo para obtener la visión directa del Señor.
Un estudiante, después de haber entrado en un grado en particular y pasado el año allí estudiando las asignaturas de ese nivel, no estará satisfecho si permanece en ese grado el próximo año. Él aspirará a progresar a un grado superior. Si el estudiante se queda en el mismo grado por dos años él desarrolla un sentido de desesperación y pierde la esperanza y la confianza en sí mismo. No sólo se desalienta sino que también se expone al ridículo delante de sus compañeros. En la misma forma serás visto como deficiente a los ojos de los otros devotos, si continuamente permaneces en la primera etapa dualística de culto sin cambiar en tu desarrollo espiritual. Los otros devotos dirán:
"Mira a esa persona. Ha asistido a muchas charlas, discursos y cultos en un extenso período de tiempo, ha leído las grandes escrituras, pero, ¿de qué vale todo eso? No parece que haya habido ningún progreso en él."
Este proceso infortunado de permanecer trabado en la primera etapa, es el rasgo característico de la propiedad de retraso y lentitud, de la inercia y la pereza. Tienes que remover ese rasgo y continuar desde el estado dualístico al estado próximo de internalizar a Dios. En este estado, a través de una continua contemplación de la divinidad interna, tratarás de ganar la visión directa de Dios, en particular la forma que escojas. Con ese intenso deseo, obtendrás esa oportunidad codiciada de ver al Señor, conversar con Él y servirlo.
Pero incluso entonces, no debes estar satisfecho. Debes luchar por alcanzar el estado último y supremo. No debe haber descanso, no debe haber paz de mente o contento hasta que alcances el estado de una total y completa unión con Dios y la realización de la unidad.
En esos días solamente aspirarás a obtener descanso para tu cuerpo y tratar de tener paz mental. Pero esto no es bueno. Tienes que alcanzar la paz permanente del atma. Este es tu verdadero YO, el yo inmortal, él universal. Cuando llegas a reunirte con él, llegas a ser la Paz misma. Tu yo individual tiene que unirse con tu YO universal. Entonces, el tránsito, la jornada, el camino, el trayecto, el pasaje largo y aparentemente duro, se completa y la bienaventuranza permanente es realizada.
Un río nace del océano y regresa al océano. Pero, ¿cómo se originó el río? Inicialmente, algunas de las aguas del océano se convirtieron en nubes. Una vez, que las aguas del océano llegan a ser nubes, hay una separación o dualidad. Las nubes están separadas; el océano está separado. El agua del océano es salada. Después se torna en nubes y llega a ser dulce. Pero ahora, el agua que se ha convertido en nube cae en forma de lluvia. Puedes decir que es una lluvia de amor, porque el agua de la lluvia llega a ser un río y con gran entusiasmo se abalanza a reunirse de nuevo con el océano. Esto puede ser comparado con el estado donde una angustia y aspiración inmensos se desarrollan para acercarse cada vez más a la meta final.
Cuando estás en ese estado, anhelas con todo tu corazón alcanzar la tierra nativa de la cual has llegado a separarte. En el caso del agua en la forma de río, ella se siente impulsada a unirse de nuevo al océano de donde procede. Sólo entonces habrá alcanzado su meta. Este es el estado puro, no-dualístico, de unión total con el origen.
Tú naces como un ser humano y has vivido parte de tu vida como un ser humano común u ordinario. Pero has escogido el pasaje ascendente de la vida espiritual. Tú mismo has buscado la compañía de las personas de mente espiritual. Te encuentras a ti mismo escuchando las historias de las antiguas escrituras que describen las características sagradas del Señor.
Pero ahora encuentras que eso no es suficiente. Anhelas tener la visión directa del Señor. Incluso entonces no estás satisfecho con eso. Meramente habiendo tenido la oportunidad de verlo y hablar con el Señor, no es suficiente, todavía encuentras que esa felicidad no es duradera.
Pero, cuando finalmente obtienes la unión completa y la unidad con Él, entonces adquieres las cosechas, el fruto completo que has estado buscando. Entonces eres uno con la paz infinita y la bienaventuranza que es el Señor.
Esta fue la enseñanza que Krishna impartió a Arjuna en el campo de batalla."
(Ext. del SAI BABA GITA – Enseñanzas sobre el Bhagavad Gita)