Así como un niño tiene derecho a disfrutar de la leche de su madre, no puede haber objeción alguna a que el ser humano disfrute de los recursos de la naturaleza. Pero como resultado de los deseos descontrolados y la temeraria explotación de los recursos naturales, la Naturaleza está exhibiendo aterradores trastornos. Las calamidades naturales, como terremotos, erupciones volcánicas, sequías e inundaciones, son resultado de los trastornos en el equilibrio de la Naturaleza, causados por esta imprudente explotación. Hoy el hombre se parece a un tonto que aplicara el hacha a la rama sobre la cual se halla sentado. Ustedes tienen que cultivar un sentido de unidad espiritual. De ese sentido de unidad, crecerá el amor. Hoy el hombre no reconoce este sentido de unidad. "El hombre" no es el solamente el cuerpo. Tiene también la mente, el intelecto y el Espíritu (Atma). Cuando se trastorna el equilibrio entre estos constituyentes, la gente se ve inmersa en problemas. Por el contrario, cuando hay equilibrio, florece la auténtica humanidad.
- Divine Discourse, Feb 13, 1997. |