Si su lealtad fuera para su familia, serán un servidor de la familia. Si fuera hacia Dios, serán un servidor de Dios. Mas no presten atención al salario que Él otorgue. No discutan ni negocien por recompensas. Sólo los trabajadores contratados reclaman por la paga y declaran que son pobres. Sean un pariente, un miembro de la familia, sean un hijo de Dios. Entonces, le corresponde a Él el mantenerles con comodidad. Traten de vivir cerca de Dios como un familiar. No calculen el número de horas que hayan pasado sirviéndole ni lamenten que Él no les haya compensado de manera suficiente. Estén siempre alegres, a Su servicio, haciendo el bien y siendo buenos.
- Divine Discourse, Jul 13, 1965. |