La flor del autodominio (kshama) es muy querida del Señor. Los Pandavas sufrieron mucho, a manos de los Kauravas. Pero la virtud del autodominio les protegió, y les convirtió en un ideal para el resto del mundo. La otra flor que debemos ofrendar a Dios es Shanti (la paz) Debemos mantenernos serenos, a través de todas las viscicitudes de la vida. Sólo así podemos lograr la gracia divina. La serenidad es necesaria a nivel físico, mental y espiritual. La paz no es sólo exterior; está presente en nuestro interior. Ustedes son encarnaciones de la paz. La vida mundana está sujeta a soportar muchas dificultades, pero no debemos permitir que nos trastornen. Debemos soportar todos los sufrimientos con fortaleza y paciencia. La vida humana nos es dada no sólo para disfrutar de los placeres mundanos. La vida sólo llega a ser significativa cuando experimentamos la paz que se origina en el corazón.- Divine Discourse, Aug 22, 2000. |