El primer prerrequisito para llevar una vida espiritual es la fe. Tu fe debe soportar el ridículo del ignorante, los reparos del mundano y la risa del soez. Cuando alguien te ridiculice, pregúntate "¿Están ridiculizando a mi cuerpo? Eso está muy bien, de todos modos necesito evadirme de este apego al cuerpo. Están ridiculizando al Atma? Eso es imposible, pues el Atma está por encima de las palabras y los pensamientos, ni le afectan el elogio o la censura". Segundo: no te preocupes por los altibajos, las ganancias ni las pérdidas, la alegría ni la pena. Tú mismo creas los altibajos, y por lo tanto también puedes enderezarles. Ansías una cosa, y cuando la obtienes, a eso le llamas alegría; cuando no la obtienes, le llamas pena. Suprime las ansias, y no habrá más fluctuación entre la alegría y la pena. Tercero: razona, y convéncete de la verdad de que todo es divino (Sarvam Brahmamayam). Cuarto y final: Sé siempre estable en la práctica espiritual, hasta que alcances la meta.
- Divine Discourse, May 16, 1964. |