Las personas practican diversas formas de adoración y ritual, siguiendo su tradición familiar y su cultura. Sin embargo no se transforman ni siquiera un poco, a pesar de los meses y años de práctica espiritual. Frustradas, cambian el nombre que cantan, porque están cansadas de esperar los resultados. A veces las personas cambian no sólo el nombre que cantan, sino también su religión. Sepan claramente que no se puede alcanzar la gracia de Dios con sólo cambiar el nombre o la religión. Deben transformarse ustedes mismos. El perro de la casa reconoce a su amo, sin importar si éste viste traje de gimnasia, uniforme o atuendo de gala. No tiene dudas acerca de su amo, independientemente de la ropa que él vista. Así también, ustedes no pueden convencer a Dios con sólo cambiar de apariencia exterior. Tienen que adquirir las virtudes, y conducirse con rectitud. Sólo quien transforma su mente complace al Señor, y alcanza la Divinidad.
- Divine Discourse, 'My Dear Students', Vol 3, Ch 4, Jun 21, 1989. |