Hoy una joven aspira a ser buena esposa, pero no madre ejemplar. Hoy un estudiante no aspira a ser un padre ejemplar, sino un esposo atractivo. Sumándose a esta calamidad, los padres fomentan hoy una educación que promueve estas aspiraciones. También los jóvenes olvidan las responsabilidades que les corresponden como padres ejemplares. En la sociedad actual, un padre típico no quiere que su hijo sea, por encima de todo, un hombre virtuoso. Quiere que sea un hombre de gran educación. Los únicos padres valiosos son aquellos que aspiran a transformar a sus hijos en hombres y mujeres virtuosos. La educación mundana, por sí misma, no debe ser la meta de la vida. La verdadera columna vertebral de la vida son las virtudes. La Educación debe ser para la vida, no simplemente para ganarse la vida. Para lograr esto, son esenciales los pensamientos espirituales y el camino espiritual. |
- Divine Discourse, My Dear Students, Vol 3, Ch 4, Jun 26, 1989. |