"No deben perseguir la espiritualidad con cualquier resultado final en mente. Aquel que trabaja por un salario es un trabajador y no un propietario. El empleado ordinario no tendrá ningún tipo de propiedad o interés hacia la realización de las labores. Él o ella se preocupará por estar presente hasta el horario de salida, cobrará su salario y se irá. Por lo tanto, él o ella piensa que es independiente de la organización. En su hogar, la esposa o los hijos cumplen con sus deberes respectivos, pero no exigen ningún salario. La esposa no pide ningún tipo de paga por las actividades que realiza. Ella asume su responsabilidad con pureza y perfección y se encarga de todo en casa. Aquel que ora solo por un resultado es como el asalariado ordinario. El que disfruta de la sensación de que Dios es su propiedad, y que Dios está dentro de él, es como el dueño. Aspiren a convertirse en dueños y no en empleados." SAI BABA - My Dear Students, Vol 3, Ch 6, Jun 27, 1989. |