Toda la variedad en cuanto a sabor, color y olor de los múltiples artículos alimentarios, al considerarlos justa y equitativamente, no son sino drogas para curar la dolencia del hambre; todas las bebidas que el hombre ha inventado, no son sino medicamentos para aliviar la enfermedad de la sed. La mayoría de las gentes sufre hoy de una dolencia a los sentidos y prueba los remedios de curanderos del entretenimiento, los placeres, los picnics, los banquetes, los bailes, sólo para darse cuenta que la fiebre no ha cedido. Esta dolencia se curará únicamente cuando se logre desactivar al virus invisible y ello se logrará únicamente cuando caigan sobre él los rayos de jnaana (sabiduría). Un genuino médico interesado en sanarles de toda enfermedad, les aconsejará lo que sea hitha (beneficioso) para restaurar su salud, en lugar de lo que sea meramente priya (placentero); vuestro Guru es ese médico. Obedézcanle, aun cuando Su receta resulte desagradable, porque sólo Él puede curarles de su fiebre. Prefieran lo beneficioso a lo placentero, porque lo placentero podría llevarles a deslizarse por un tobogán hasta un pozo sin fondo.
- Divine Discourse, Mar 16, 1966. |