El gran devoto niño, Prahlada, sabía de la verdad que el mundo entero está lleno de Dios. De modo que cuando Dios apareció frente a él y se mostró dispuesto a concederle una merced, no pidió una larga vida, riqueza o fama, sino el poder aliviar el dolor y el pesar de todos los seres. Prahlada sabía que Dios se encontraba manifiesto en cada ser de este Universo y servir a Dios era el servir a todas esas manifestaciones y darles calma y alegría. Así también, la lengua de ustedes debe justificar su presencia mediante dulces palabras de alivio y su mano, a través de actos suaves e inofensivos. El cuerpo ha de usarse para upa-vaasa, vale decir para realizar actos que les lleven más cerca de Dios. El verdadero Upavasa durante días consagrados no significa el mero ayunar, implica que todos sus pensamientos actos y palabras durante ese día, deben atañer a Dios, debieran pasar el día 'cerca' de Él, en Él y para Él. - Divine Discourse, Feb 20, 1966. |