Cada persona come para satisfacer su hambre. Así mismo cada uno de ustedes debe descubrir la mejor manera de aplacar también su apetito espiritual. No se dejen arredrar por el menosprecio o las recomendaciones de otros. Consulten con su propia realidad, aquella que crean aquietando sus sentidos y controlando la mente; hay una voz que pueden escuchar en ese silencio. ¡La verdadera señal de que la hayan escuchado será su comportamiento! Un gran árbol es afirmado y alimentado por sus pequeñas raicillas que se hunden en la tierra silenciosa. Así también, si se adentran profundamente en el silencio de su consciencia interna, estará asegurada su floración espiritual. - Divine Discourse, Apr 6, 1965. |