La ilusión es como un perro bravo que no permitirá que nadie se acerque a su Dueño, Dios. Pueden arreglárselas fácilmente para pasarlo asumiendo la Forma del Dueño lo que es llamado Sarupyam o llamando al Dueño a gritos como para que descienda y les acompañe para entrar a la casa; vale decir, ganándose Su Gracia como proximidad, Saameepyam. La ilusión es Su mascota por lo cual no les hará daño si Él le ordena no hacerlo. La Ilusión es la imperfección que afecta a la mente. El Dueño viene no sólo para salvar a una buena persona de la Ilusión, sino a todo el género humano. Por supuesto que Él deberá venir asumiendo una forma que el hombre pueda amar, venerar y apreciar.
- Divine Discourse, Jan 1, 1964. |