Cuando se escuchan buenas noticias, el corazón se regocija. Mas cuando escuchamos algo triste, el corazón se encoge de pena. De manera similar, el corazón se enfurece cuando el oído escucha palabras duras sobre uno, y uno se llena de alegría cuando escucha palabras de elogio. ¿Qué es responsable por estas variadas respuestas, puesto que todas las palabras se escuchan por los mismos oídos? Los oídos son inertes (jada) y son incapaces por sí mismos de cualquier reacción. Las respuestas de alegría o pesar se relacionan con los contenidos de los mensajes que entregan los oídos. Frente a esto, pregúntense, ¿cómo puede la operación de estos sentidos ser considerada como Sathya (Verdad o Realidad)? Si los sentidos no son dignos de confianza, las reacciones y experiencias que producen tampoco lo son. Indagando por esta vía uno puede llegar a superar el sufrimiento.
- Divine Discourse, 11 Feb, 1964 . |