| La felicidad que uno deriva de las virtudes es muy superior a la que logra de la posesión de riqueza. Lamentablemente, muchos jóvenes educados de hoy se inclinan por la riqueza, por la fuerza física y las amistades. Mas ellas son de poco valor sin la riqueza del carácter. Tanto para los hombres como las mujeres, el carácter constituye la base. Si carecen de carácter, se debilitan en todos los demás aspectos. Asuman que la fortaleza de uno reside en el carácter y no en la riqueza que llegue a ganar. La riqueza material no es lo que necesitamos hoy. Ella nunca puede conferir real felicidad. Por lo tanto, logren la riqueza de las virtudes desarrollando un buen carácter. A falta de él, tarde o temprano toda erudición terminará siendo fútil. ¡Encarnaciones del Amor! Lleven a cabo todas sus acciones con un buen carácter y pureza de corazón. Sepan que hasta el más mínimo de los actos llevado a cabo con un corazón puro, se vuelve fructífero. | | | |
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- Divine Discourse, 19 Nov, 2002. |