Cuando algunas minúsculas piedrecillas llegan a mezclarse con el arroz y se meten entre los dientes, uno se queja disgustado que el plato de arroz no es más que uno de piedras. Está en la naturaleza humana el exagerar con el objeto de crear una impresión. A menudo, la gente trata a la alegría como incidental e insignificante y se fija más en el pesar y el dolor. No cedan en momentos de dificultad. La causa básica para las pérdidas, las dificultades, la pobreza y los problemas radica en la pérdida de confianza en uno mismo y de entusiasmo. El secreto de la fuerza y el coraje reside dentro de ustedes. La buena gente y la amistosa dotada de espontaneidad, sacrificio y con espíritu altruista también se encuentra muy presente entre nosotros. Tengan fe y no se desesperen ni pierdan la confianza en sí mismos ni en Dios. Actúen, hablen y piensen con una fe sincera, de modo que Dios se sienta complacido y entréguense por completo a Él. Sean puros, sean simples, sean sinceros y Él responderá a su afligido llamado.
- Divine Discourse, Oct 2, 1965. |