Nunca olviden que son Divinos, que son la rectitud personificada. Vuestro deber (dharma) es el de cultivar sus facultades para la magna aventura de realizar su unicidad con lo Divino. Para cumplirlo, tanto su mente como su inteligencia han de estar fijas en su Señor elegido. Deberán meditar en Él en soledad y silencio. Cultiven la concentración. Si se distrajera su atención, no podrán progresar. No obstante, si practican la meditación en silencio y soledad, serán capaces de establecer y retener ese silencio hasta en el más concurrido de los lugares. Hablen menos, deliberadamente piensen más y practiquen la discriminación. Entonces podrán vaciar la mente de impulsos, prejuicios y preferencias. Por esta vía deben esforzarse por realizar su verdadera naturaleza. |
- Divine Discourse, Sep 29, 1965. |