Los estadistas y representantes electos declaran que intentan hacer lo mejor para desarrollar los recursos, naturales y humanos, para proveer en base a ellos alimento, ropa, albergue, educación, empleo, seguridad y salud para el pueblo. Mas se descuida el desarrollo de los recursos morales y espirituales y se ignora el proporcionar paz y felicidad espiritual. La felicidad y la paz no necesariamente se dan cuando la gente está bien alimentada y vestida, confortablemente albergada y muy bien educada, bien empleada ni cuando no hay carencias en cuanto a salud y seguridad. Hay una gran cantidad de gentes que disfrutan de todo ello en plenitud, mas que siguen preocupadas, dolidas o descontentas. La paz y la felicidad dependen de lo que se lleva dentro y no de las capacidades o riqueza externas. Cada ser es fundamentalmente Divino y, por ende, mientras más manifieste los divinos atributos de Amor, Justicia, Verdad y Paz, más alegría será capaz de dar y de recibir.
- Divine Discourse, Aug 3, 1966. |