Sean firmes en no descartar aquel Nombre y Forma que hayan seleccionado cuidadosamente; hay algunos que incluso se expresan mal de ellos. Aférrense a su deidad elegida y sálvense. Al mismo tiempo, no cavilen acerca de las deidades elegidas por otros. El socavar la fe de otro y perturbar la propia – son errores ambos. La fe es una planta de crecimiento lento. Sus raíces se hunden profundamente en el corazón. El silencio es la mejor práctica espiritual para resguardar la fe. Por lo tanto insisto en que adopten esto como el primero y más importante paso en su trayecto espiritual. Los pies, ojos y rostro del Señor se comparan a un Loto, porque Él es como el Loto – no afectado por el ambiente en que se encuentre. También ustedes deben sonreir en todo momento, impartiendo alegría a todos quienes les rodeen y haciendo que su carga sea más liviana.
- Divine Discourse, Sep 30, 1965. |