El cuerpo es el templo de Dios. Él es el residente del corazón, y la inteligencia (Buddhi) es la lámpara que se ha encendido en su altar. Protejan a la lámpara y su luz del viento que sopla a través de las ventanas de los sentidos y amenaza con apagarla. Cierren las ventanas, no las mantengan abiertas por sentir la fatal atracción de los objetos. Mantengan su intelecto aguzado, como para que pueda cortar a la mente como un diamante y convertirla en un haz de luz, en lugar de ser un apagado guijarro. La discriminación representa un importante instrumento de progreso espiritual. Apegos, afectos e intereses – crean prejuicio, parcialidad e ilusión. Ellos ocultan la verdad y apagan la inteligencia. La facultad de la razón ha de ser empleada para distinguir entre lo limitado y lo ilimitado, lo temporal y lo Eterno. | |
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- Divine Discourse, Oct 2, 1965. |