Un niño le dijo a su madre, mientras se iba a dormir por la noche: "Madre, despiértame cuando yo tenga hambre." La madre respondió: "No es necesario: tu propia hambre te despertará." De la misma manera, cuando surge el hambre de Dios, ella misma te activa para que busques satisfacerla. Dios te ha dotado de hambre y enfermedad, y Él provee alimento y medicación. Tu deber es cerciorarte de que tengas el hambre correcta y la enfermedad correcta, y uses el alimento y la medicación adecuados. El ser humano debe ser puesto bajo el yugo del mundo, y domado; ese entrenamiento le enseña que el mundo es irreal. Cuando tocas el fuego y te produce la sensación de quemadura, retiras la mano instantáneamente. A menos que le toques, sólo conocerás su luz. El fuego es tanto luz como calor; tal como este mundo es tanto verdadero como falso - es decir, irreal.
- Sathya Sai Speaks, Vol I, MahaShivarathri, 1955. |